¿Quién es el paradigma del héroe romántico: Don Álvaro o Don Juan Tenorio?
Enviado por bk111231 • 29 de Septiembre de 2015 • Documentos de Investigación • 1.976 Palabras (8 Páginas) • 307 Visitas
Benjamin Kimelman
30 de abril de 2015
Milagros Molina Tejada
¿Quién es el paradigma del héroe romántico: Don Álvaro o Don Juan Tenorio?
Ambos Don Álvaro, de Don Álvaro o la fuerza del sino por Ángel de Saavedra, el Duque de Rivas, y Don Juan, de Don Juan Tenorio por José Zorrilla, son ejemplos buenos de un héroe romántico. Como un héroe romántico los dos son “un rebelde que no acepta normas ni imposiciones” (Molina Tejada 42 DJT a). Don Álvaro quiere fugarse para casarse con Doña Leonor sin el permiso de su padre, el marqués de Calatrava. Al otro lado, Don Juan ha conquistado muchas mujeres y ha matado muchos hombres; además, quiere conquistar Doña Ana y Doña Inés (quien él se rapta). Aun los dos cumplen este aspecto del héroe romántico Don Juan es la quintaesencia del héroe romántico porque aunque se sucumbir a su destino, se busca salvación y el amor entre él y Doña Inés está realizado, mientras que Don Álvaro por fin acoge su maldad después de que ha fracasado de arrepentirse y está maldito; los dos tienen un gran evolución a lo largo de los obras, no obstante en maneras diferentes, que demuestra claramente que Don Juan es el paradigma del héroe romántico y que Don Álvaro, a pesar de que está un héroe romántico, no es el modelo.
Al principio de la obra, Don Álvaro es un hombre más o menos bueno, el lector no sabe mucho de su pasado a partir de que es de las Américas y rico (hay unos rumores que ha ganado su fortuna como pirata en las Américas), pero parece que tiene buenas intenciones a partir de romper con tradición y fugarse con Doña Leonor. Esta acción (o la intención) es la fuente de todos los problemas de Don Álvaro y cause él a estar desterrado por la sociedad. En el primer acto, todo que él hace es por el amor de Doña Leonor; su intención no es de rechazar la sociedad pero para obtener su felicidad con Doña Leonor.
Don Juan, por otro lado, empieza la obra como un mujeriego, jactándose de sus conquistas y asesinatos numerosos en el último año. Don Juan, en contraste con Don Álvaro, solo rechaza la sociedad para divertirse. Además, no solo hizo estas cosas para divertirse pero para superar a Don Luis en una apuesta. Esto muestra que en contraste a Don Álvaro quien hace lo que hace porque está enamorada con Doña Leonor, Don Juan solo quiere divertirse.
Para ambos Don Álvaro y Don Juan, se experimentan un cambio de carácter cuando están enfrentado por el padre de su amante. Por Don Álvaro, no tiene un cambio de carácter hasta que después del muerto del marqués de Calatrava. Se intenta salvar el honor de Doña Leonor por asumiendo la culpa y después se intenta morir en una manera honorable. Después, se mató, por accidente, el marqués que no es algo de su carácter. Don Álvaro dice “¡Dios mío! ¡Arma funesta! ¡Noche terrible!” (Saavedra, 1.8). Este muestra el horror de Don Álvaro cuando la pistola se disparó y su devastación. También, esta cita marca su cambio porque antes de este punto, se hizo todo porque estaba enamorada con Doña Leonor, pero después es a causa de culpabilidad.
Don Juan, al otro lado, asesina a Don Luis y Don Gonzalo sin remordimientos. En contraste con Don Álvaro, esta acción estaba intencional, él quiso asesinar los dos porque ellos estaban en el medio de su amor con Doña Inés. Antes de Don Juan asesinó a ellos, se puso a los pies de Don Gonzalo para declarar su amor a Doña Inés y pedirle a casarse con ella. Este acción claramente demuestra el empieza de su cambio desde un mujeriego y libertino a un amante. Sin embargo, no ha cambiado en total y aunque está enamorada con Doña Inés, a él pareció que asesinar a Don Luis y Don Gonzalo era la sola manera para obtener a ella y ser libre.
Después de los héroes asesinan el padre de su amante, se huyen del país, pero para motivos muy diferentes que, otra vez, demuestra la diferencia en sus evoluciones. Don Álvaro huye a Italia donde se ha acudido en soldado, luchando en la Guerra de Sucesión austríaca. Don Álvaro está agobiado de culpabilidad y solo quiere morir, es la razón que ha llegado al frente de batalla. Él dice, “yo, que infelice soy, yo, que buscándola voy, no puedo encontrar con ella [la muerte]” (Saavedra, 3.3.916-20). Esto muestra la carga que lleva Don Álvaro y que, para arrepentirse, quiere morir. Es la sola razón que huyó de España a Italia y es su manera de castigar él mismo por matar al marqués.
Don Juan, en contraste, huyó de España para escapar de la policía y no se encarcelado y matado por sus crímenes. Don Juan salió para salvar su vida mientras que Don Álvaro lo hizo para terminarla. Esta acción por Don Juan es muy egoísta, pero eventualmente se da cuenta que quiere el amor de Doña Inés y se vuelva a España para encontrar a ella y casarse como ha intentado. Este demuestra su evolución porque no volvería a España si no tuviera una meta, y la sola persona en Sevilla que él quiere es Doña Inés. En la acción de volver a Sevilla, Don Juan muestra que su esencia ha cambiado parcialmente desde lo que un libertino a un amante.
Ambos personajes, en un punto u otro en las obras, han pasado por un periodo de penitencia. Para Don Álvaro, hay dos periodos de penitencia, la primer es su estancia en Italia, que terminó cuando se asesinó a Don Carlos. Con esta acción, Don Álvaro cambió su carácter fuertemente, porque esta vez se intentó a matar Don Carlos cuando la última vez con el marqués estaba un accidente. La intencionalidad de matar Don Carlos muestra el irrespeto de la vida que ha desarrollado en Don Álvaro posiblemente a causa de los horrores de la guerra que había visto y la cantidad numerosa de gente que había asesinado como el capitán de granaderos del regimiento del Rey, con los superlativos, “la gloria, el radiante sol de la hispana valentía” (Saavedra 3.4.1068-9). Después de asesinar a Don Carlos, Don Álvaro está encarcelado pero escapa cuando las tropas alemanes ataquen en campamiento militar español y se dice, “[d]enme una espada; volaré a la muerte y si es vivir mi suerte, y no la logro en tanto desconcierto, y os hago, eterno Dios, voto profundo de renunciar al mundo y de acabar mi vida en un desierto” (Saavedra, 4.8.1866-71). Este muestra que Don Álvaro quiere arrepentir, pero esta vez con la ayuda de Dios, si Dios se salva su vida de la matanza.
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