RAMOS Y LAS FABRICAS DE MEZQUITES
Enviado por Portola • 30 de Septiembre de 2019 • Tarea • 490 Palabras (2 Páginas) • 129 Visitas
RAMOS Y LAS FABRICAS DE MEZQUITES
Todo empezó con un joven emprendedor llamado Jairo Ramos…
Él era un joven que se la pasaba pensando en tener su propio negocio, el cual obvio no daría frutos pero lo haría de todos modos, cuando Jairo estaba en la cima del cerro pensaba: "¿Cómo lo hare para tener más dinero y más materia prima?”
Jairo, al bajar del cerro se resbalo y cayó cerca de un mezquite. Después de un rato, llegó un pueblerino y le brindó ayuda. El joven Jairo despertó muy confundido y adolorido del trasero en la casa del pueblerino.
Después de comer en casa del pueblerino se le vino a la mente una visión empresarial con el mezquite en el cual se había golpeado con anterioridad.
El joven regresó a la montaña donde se cayó sobre el mezquite y conforme iba viendo los mezquites, los empezó arrancar desde la raíz. De tantos que llevaba, el joven se paró y se sentó en un tronco viejo.
-Que cansado estoy, me voy a traer a Filomeno -Filomeno era un platero que quería mucho a Jairo.
El joven llegó a su casa y fue al corral donde estaba Filomeno, agarro un mecate para amarrarlo y lo alistó para irse a la montaña para traer los demás mezquites. De tantos viajes que hicieron Jairo y Filomeno, les cayó la noche y dijo el joven Jairo:
-Filomeno, hemos terminando con este viaje.
Al día siguiente Jairo se levantó e hizo su desayuno.
El joven Jairo salió de su casa y empezó a preparar la tierra para sembrar el mezquite. De repente, Jairo esta tan metido en el trabajo, que no se dio cuenta de que un señor lo fue a ver. El señor Pedro le empezó a hablar:
-¡Buenas tardes, joven! –dijo el señor. Al segundo saludo, Jairo reaccionó.
-Ah, ¡hola, señor! ¿En qué le puedo brindar mi ayuda?
-Disculpe, joven…necesito un favor, ¿si me puede regalar agua para mis vegetales?
-¡Sí, agarre! No se preocupe.
-¡Muchas gracias!
Cuando el señor Pedro se fue, Jairo notó que le faltaban cosas en su casa, así que a causa de su escasa despensa, fue al pueblo. Cuando estaba por comprar sus cosas en la tienda, al fondo ve a una señorita de piel blanca como la nieve, ojos color café como miel, y cabello tan rubio, que brillaba con los rayos del sol, Jairo estaba tan emocionado que fue y le habló:
-¡Hola, señorita!
-¡Hola, joven!
-¿Cuál es tu nombre, señorita?
-Me llamo Esmeralda, ¿y tú?
-Jairo, Jairo, Jairo… -su voz hizo eco -¿Qué hace una bella dama por este pueblo?
-¡Ay, muchas gracias! Vine de compras, vivo en Buena Vista.
-¿En serio?
-Sí, en serio.
-¿Estás segura?
-Sí, estoy muy segura.
-¡Ah, bueno! ¿Quieres salir conmigo a montar a Filomeno?
-Oh, right!
-Yo también hablo inglés, mira: Perfect! Y también se decir “for example”
-Ah, qué bien. Y, ¿dónde está Filomeno?
-No sé, aquí lo había dejado pero se me hace que ya se fue, pero ahorita le hablo a papi “isma” para que venga por mí… Digo, digo, por nosotros.
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