RESEÑA CRÍTICA EL HOMBRE HA PERDIDO LA ESENCIA DE LO HUMANO

“ES TARDE PARA EL HOMBRE”

WILLIAM OSPINA

RESEÑA CRÍTICA

EL HOMBRE HA PERDIDO LA ESENCIA DE LO HUMANO

WESLY YESID LONDOÑO PELÁEZ

JULIAN ESTEBAN HERRERA

JULIAN MUÑETON

CRISTIAN CAMILO MEJIA HILL

INSTITUTO TECNOLÓGICO METROPOLITANO

FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES

LENGUA MATERNA

MEDELLÍN

2015

EL HOMBRE HA OLVIDADO LA ESENCIA DE LO HUMANO

Ospina William. Es tarde para el hombre. Belacqva de Ediciones y Publicaciones S. L 1era ed, 1era imp 2008.

William Ospina en su obra “Es tarde para el hombre” destaca diferentes temas o tópicos como el escepticismo, el derrotismo, la crítica, el progreso, el humanismo y quizá el más importante, la modernidad, cuyos avances y peligros apenas estamos tratando de comprender. El punto fuerte de esta obra en su poderosa ofensiva en contra de algunas manifestaciones de la modernidad, apocalíptico discurso ante el cual uno piensa cuán difícil sería contraponer un elogio de similar elocuencia y desequilibrio. Otro detalle a destacar es que al comienzo de su libro Ospina habla del presente como “Un reino de escombros donde sobra toda religión, donde sobra toda filosofía, donde sobra toda poesía” Y propone sin rodeos “La recuperación de lo sagrado”. Lo que significa si lo entendemos correctamente, que los seres humanos estamos acostumbrados a que un titiritero hale de las cuerdas para que en nuestro descarrío cada uno pueda actuar o descansar en su calidad de títere.

En esta obra compuesta por seis ensayos, el autor expresa la degradante realidad social de nuestros días trazando una línea de tiempo desde el racionalismo e idealismo hasta el positivismo lógico y utilitarismo reciente en el que enuncia el problema de un contexto histórico donde se refleja la realidad social prevista por filósofos como Marx o Nietzsche, profetas del Nihilismo, como una imposibilidad de conocimiento, negación a la existencia y el valor de todas las cosas y de la influencia que tiene la publicidad en el hombre como un mercado del ser, comprendida como una sociedad moderna de consumo regida por una ley de progreso, creando una necesidad superficial la cual tiene que suplir y es allí donde acude a esta como una solución efímera a sus antojos convirtiéndose en personas más dependientes a una industria ciega por las ansias de poder y de dinero que actúa como un ente sin pensamiento.

En el primer ensayo “Los románticos y el futuro” William Ospina quería demostrar que el romanticismo no solo era un movimiento poético o musical, sino también una expresión de cómo todos los seres humanos nos estamos dejando llevar y envolver en una acelerada carrera de creer que las cosas no están cambiando y es entonces donde el hombre prefiere imaginarse un mundo ficticio y poco a poco se convierte en un mundo de recursos. Este mundo es una fuente de todo, de recursos naturales, de materias primas, hasta una fuente simple y cotidiana de seres humanos capaces y entrenados para hacer las actividades cotidianas de una vida apresurada. Esto nos indica que el tiempo pasa y el hombre no se percata de ir más allá y aunque el positivismo ocasionó muchos adelantos en el racionamiento del hombre, no ha dejado avanzar a la sociedad a la misma velocidad durante estos últimos siglos. Sin embargo, cuando se habla de esta ideología no solo se tiene que decir los contra de esta época sino que se debe agregar que durante este movimiento se produjo la edad de sueños e ideales, que este mundo imaginario del hombre lo hacía transportarse a emociones y sensaciones más placenteras.

Cuando hablamos de progreso en el segundo ensayo,  se hace referencia a la superación que se da época tras época, lo que se hace y se descubre. Así entendemos que la sociedad está avanzando hacia un estado relativamente mejor, y así sucede con la evolución de la humanidad ya que si vemos hacia atrás en la historia, podemos observar el gran giro que se ha dado, empezando por los avances de la ciencia y la tecnología, factores principales que han abierto el camino para una vida de progreso. Es por esto que el progreso se convierte en una trampa para la humanidad, pues por no saber manejar adecuadamente las cosas se  puede estar peligrando por un bienestar propio y egoísta que hace convertir al hombre en un ser que no está precisamente en progreso sino que se está atrasando en su propia evolución.

“El canto de las Sirenas”, expresa claramente las causas de la modernidad y el abismo en el que ha caído la humanidad. Hace alusión a la publicidad aparente y corrupta que vende engaños, que solo pretende maquillar una realidad social que cada día se sumerge más en su propia ingenuidad.. Ospina tiene razón al explicar este ensayo citando las palabras de  Schopenhauer “El destino del hombre no es más que una cadena de apetitos que siempre se renuevan, un anhelar que no encuentra jamás su saciedad definitiva, un girar eternamente en la rueda de la necesidad y en la ilusión de satisfacerla”. Lamentablemente, la Publicidad es quien se ha encargado de vendernos una falsa idea de la realidad y mostrarnos una faceta distinta del hombre, contraria a la que debemos ser. Se ha encargado de crear individuos consumidores insaciables, dispuestos a crear necesidades inexistentes, que tan solo por el hecho de estar a la par del ritmo de la modernidad preferimos marchar a su lado sin importar si dejamos atrás nuestros principios y de esta forma empezamos a ser humanoides dirigidos por el poder y su principal arma, la publicidad.

En el tercer ensayo, “La mirada de hielo” se hace la comparación crítico constructiva de la época actual con la de nuestros ancestros, pues en aquella época donde se trataba la medicina con ética, se preocupaban por el ser humano no como un objeto de mercancía, ya que en la actualidad aunque se han desarrollado nuevas técnicas y medicamentos, su única intención es comercializar en su amplio mercado de la salud. Además se habla de las dificultades que pueden causar las entidades gubernamentales a las personas de bajos recursos con el hecho de mecanizar la salud potencializando a las personas saludables.

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