RESUMEN ESTADISTICO (ARGENTINA)
Enviado por cathiegonzalez • 19 de Julio de 2015 • 1.839 Palabras (8 Páginas) • 535 Visitas
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Reseña: “Por qué fracasan los países” – Daron Acemoglu y James A. Robinson
04 Lunes nov 2013
Posted by Adrián Ravier in Libros ≈ 10 comentarios
EtiquetasDaron Acemoglu, Douglass North, James A. Robinson, Nueva Economía Institucional, Por qué fracasan los países, Rafael Rincón, Urdaneta Zerpa
AcemogluSeptiembre, 2013
Rafael Rincón – Urdaneta Zerpa
Hay tres clases de libros: los que hay que consultar una vez, los que merecen una lectura en la vida y los que hay que tener. Por qué fracasan los países (Why nations fail) de Daron Acemoglu y James A. Robinson (2012) pertenece a la última categoría. Es de esos que deben ser atesorados en la biblioteca para revisar y leer una y otra vez, tal como sugieren los elocuentes elogios recibidos. La prensa, académicos reconocidos y autores de prestigio como Niall Ferguson, Charles C. Mann y Francis Fukuyama, así como al menos una media docena de premios Nobel de Economía –Kenneth J. Arrow (1972), Robert Solow (1987), Gary Becker (1992), Michael Spence (2001), George Akerloff (2001) y Peter Diamond (2010)–, han expresado las más positivas opiniones acerca de las casi 600 páginas que tiene el trabajo, al menos en su versión para el mundo hispanoparlante.
Los autores se hacen una pregunta que, de uno u otro modo, ha sido recurrente en la historia de la humanidad y es vital como tantas de su tipo: ¿qué hace que algunos países se enriquezcan mientras otros continúan tercamente en la pobreza? O, dado que pareciera ser más enfática la preocupación por el fracaso que por el éxito, la gran cuestión es por qué los países fracasan, incluso sistemática y deliberadamente.
Acemoglu y Robinson son bastante más prácticos que netamente teóricos, no porque la teoría carezca de importancia, sino porque es, a fin de cuentas, la realidad la que termina por confirmar o refutar las propuestas generadas en los escritorios y las bibliotecas. Como una vez hiciera Maquiavelo hacia 1513 al escribir El Príncipe para explicar cómo funciona el poder y qué deben hacer los gobernantes para tener éxito, los autores no recurren a pensadores ni a ideas filosóficas, sino a los hechos concretos y a las lecciones históricas. Por qué fracasan los países es, así, un compendio de ejemplos ilustrativos que sostiene la tesis del libro.
Para quienes creen que el destino de un país está escrito por lo que albergan sus bosques, mares y subsuelos, por su clima y, en definitiva, por su situación geográfica, la respuesta del libro que reseñamos traerá noticias no muy buenas. Lo mismo vale para los que opinan que el legado cultural, así nada más, es determinante. Y será una tremenda decepción para quienes creen que los países ricos debe su condición a que han hundido los colmillos en las venas de los pobres a fin de succionar sus recursos. Acemoglu y Robinson aseguran que la clave está en las instituciones, tanto en su tipo y diseño –principalmente– como en su calidad y desempeño.
Por qué fracasan las naciones tiene 15 capítulos y ya los tres primeros son demoledores. El Capítulo 1, Tan cerca y, sin embargo, tan diferentes, cuenta la historia de los dos Nogales. Uno se encuentra en Arizona, Estados Unidos, y el otro en Sonora, México. Separados físicamente por una alambrada y con la misma población, cultura y situación geográfica, viven vidas de calidades tan distintas como distintas son sus instituciones. La primera, mucho más rica que la segunda, tiene instituciones políticas y económicas superiores a las de la segunda. Los resultados de esto pueden ser advertidos fácilmente, incluso por el visitante más distraído. Podría alguien decir que un caso así no prueba absolutamente nada y que constituye algo meramente excepcional, pero basta ver historias más conocidas y situaciones de mayor escala como las de las antiguas Alemania Oriental (comunista) y Alemania Occidental (capitalista). O podría verse la diferencia abismal existente en la miserable Corea del Norte, bajo el régimen hereditario que la ha gobernado por décadas, y la próspera Corea del Sur, libre, abierta al mundo y dedicada a la innovación y al comercio. La imagen es única: una conocida fotografía satelital nocturna que deja ver las incandescentes luces al sur y la más oscura penumbra al norte.
En el Capítulo 2, Teorías que no funcionan, Acemoglu y Robinson exponen qué explicaciones del desarrollo y del subdesarrollo no sirven de mucho y por qué. Ni la situación geográfica ni la cultura son suficientes para revelar por qué unos países tienen éxito y otros no. Ni siquiera el que sus líderes no sepan qué hacer para producir riqueza –el desconocimiento o la ignorancia– es decisivo. Mientras tanto, en el tercer capítulo, La creación de la prosperidad y la pobreza, los autores avanzan en la cuestión de cómo las instituciones crean incentivos, determinan las políticas y, al final, dependiendo del caso, la prosperidad y la pobreza.
En suma, cada sociedad funciona gracias a un conjunto de reglas políticas y económicas creadas e impuestas por el Estado y los ciudadanos colectivamente. Y mientras las instituciones económicas dan forma a los incentivos económicos (p. 59), es el proceso político lo que determina bajo qué instituciones económicas se vivirá, y son las instituciones políticas las que determinan cómo funciona ese proceso (p. 60). A modo de ejemplo, las instituciones políticas de una nación marcan la capacidad de los
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