Ramas

1 - Una altura abrumadora

La joven rusa Xenia Ignatyeva, de 17 años de edad, era una fotógrafa aficionada y su gran pasiónUn selfie antes de morir era hacerse fotografías a ella misma desde sitios poco usuales y que resultasen divertidos de ver. Ello la llevaba a tomarse dichas fotos en sitios que muchas personas podrían tachar de peligrosos. Un día, decidió tomarse un selfie tras subir al puente donde se encontraban las vías del tren con la única intención de impresionar a sus amigos. Desafortunadamente, perdió el equilibro mientras lo hacía. Habiendo escalado una gran altura, se tropezó con un cable eléctrico y se cayó. Aquella dramática foto fue la última que tomó. Xenia no es la única joven que arriesga su vida para tomarse fotos en lugares estrafalarios y en este artículo veremos que la mayoría de los que se toman selfies peligrosas están, en su mayoría, por debajo de la edad de 30 años; algunos, como Xenia, son aún adolescentes.

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Para su desgracia, muchos jóvenes no son capaces de comprender totalmente los riesgos que asumen para lograr tomar una foto aún más extrema. Con el subidón de adrenalina y tratando de impresionar a sus amigos y/o usuarios de las redes, van cada vez más y más lejos para compartir en sus redes sociales una nueva selfie.

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