Resumen La Noche De Feos

Una noche de feos trata sobre una pareja de feos; ella tenía el pómulo hundido consecuencia de una operación. A él lo distinguía una marca junto a la boca debido a una quemadura que tuvo en su adolescencia. Los ojos de los dos reflejaban resentimiento. Ambos sentían odio por su rostro. Se conocieron en la fila del cine donde todas las demás personas eran parejas y tenían las manos agarradas, sin embargo ellos dos eran los únicos con las manos sueltas. Los dos se miraron, observaron sus respectivas soledades como los rasgos físicos que los describían. Él la miraba y ella no se sonrojó.

Al entrar a la sala del cine se sentaron en distintas filas. Ella no podía verlo, sin embargo él en la oscuridad pudo ver sus pelos rubios y la oreja de su lado normal. Estuvieron una hora con cuarenta minutos viendo la película. Cuando se acabó el filme él la esperó en la salida y caminó detrás de ella. Cuando la muchacha se detuvo él la invitó a la confitería y ella aceptó.

Ellos caminaban entre las personas para ir hacia la mesa, estas que tenían un rostro corriente, hacían señas a sus espaldas de asombro. También tosían, murmuraban y hacían carrasperas falsas, pues dos fealdades juntas era todo un espectáculo.

Ya en la mesa, pidieron dos helados y la muchacha sacó del bolso un espejo para arreglarse el cabello, que como lo describe el narrador era lindo.

Hablaron por una hora y media, pidieron un café para continuar la plática. Él le preguntó a la muchacha si se sentía excluida del mundo a lo que ella respondió que sí. También hablaron sobre si admiraba la belleza de los demás y si deseaba tener un rostro como el de la muchacha que estaba cerca de ellos. La respuesta a lo del hombre fue sí.

Él le dijo a ella de la posibilidad que había de quererse o congeniar. Ella frunció el ceño. Él le hizo prometerle que no lo tomara como chiflado; ella prometió. Él le dice de meterse en la noche, en lo oscuro total, mas ella no lo entendió. Le vuelve a decir sobre de estar en lo oscuro total, donde ninguno se vea. Ella se sonrojó. El hombre le informó que vivía solo, en un apartamento y quedaba cerca.

Al llegar al apartamento, él apagó la luz y corrió la doble cortina. Ella respiraba a su lado y se desvistió sola. Él dice como con las manos pudo hallar el pecho de ella como el sexo y vientre.

Finalmente, él acarició el rostro de la mujer fea. Al principio sus dedos fueron temblorosos, luego serenos. Pudo tocar las lágrimas que ella derramó. La mujer tocó también el rostro del hombre, especialmente la marca, ese pellejo liso que no tenía barba. Lloraron hasta el amanecer, pues fueron desgraciados felices. Él se levantó y descorrió la cortina doble.

...