Resumen - La noche boca arriba, Julio Cortázar
Enviado por Pedro Gnecco • 1 de Octubre de 2016 • Resumen • 846 Palabras (4 Páginas) • 3.896 Visitas
La noche boca arriba
Un hombre sale apresuradamente del hotel donde durmió para buscar su moto y salir hacia su destino. Piensa que va afanado, pero ve la hora en una joyería cercana: tiene tiempo suficiente. Comienza a conducir hacia su destino y disfruta el paseo, el sol que calienta la ciudad, el aire fresco, el zumbido del motor. Sale del centro de la ciudad y continúa su camino por una calle larga, adornada con árboles y casas con jardines. Disfrutaba tanto el paseo que se distrae un poco de la conducción. De repente, una mujer se abalanza a cruzar la calle a pesar de la luz verde para el hombre, quien termina bajo la moto, herido e inconsciente. El personaje despierta repentinamente del golpe, siente mucho dolor. La primera inquietud del personaje es si ha sido su culpa el accidente y si la señora quedó herida, ambas respuestas son negativas, lo que lo calma un poco. El hombre es llevado entre varias personas a una farmacia cercana.
Unos minutos después llega la ambulancia que lo lleva al hospital. El hombre no asimila la situación como algo complejo, lo entiende como un obstáculo fácil de superar. La motocicleta no sufrió daños mayores. El hombre llega al hospital, que es descrito como un lugar desagradable, con olor a hospital, donde el personaje pasa un rato aburrido entre formularios y preguntas. Lo llevan a la sala de cirugía. Puede ver una persona con un objeto brillante en la mano.
Cambia el plano del cuento a una reflexión del personaje. El sueño era curioso, soñaba olores, algo inusual en los sueños. Primero un olor a pantano, por estar cerca de las marismas cerca de la calzada; luego, olor a guerra. El personaje no podía dejarse encontrar por los aztecas por aquella calzada que solo ellos, los motecas, conocían. Solo llevaba con él su puñal de piedra y un amuleto atado al cuello. Comenzó a caminar lenta y cuidadosamente, para no despertar ninguna atención de los aztecas. Debía evitar las ciénagas.
Cuando despierta en el hospital ha transcurrido el día. Es ya tarde. Su brazo está suspendido y tiene sed. La fiebre subía y disfrutaba estar despierto. Iba ya cayendo la noche. Le llevan una taza de caldo con pan, su brazo ya no duele, su ceja, también lastimada, ya ha dejado de molestar. Oscurecía y sentía que no iba a ser difícil quedarse dormido.
El hombre seguía corriendo bajo la oscura noche y perdió la calzada. A lo mejor cuando amaneciera podría buscarla de nuevo. Comenzó a oir gritos y se levantó. Vio antorchas muy cerca. De repente, y después de haberle clavado su daga a otro guerrero en el pecho, una soga lo agarró por detrás.
Despierta en el hospital, intranquilo. Logra saciar su sed con una botella de agua que encuentra al lado, la fiebre baja y la situación es agradable en el hospital. Tenía cómo entretenerse con todos los detalles de la situación, los objetos en la sala del hospital. Trataba de recordar los sucesos de ese día, pero tenía un vacío desde el momento del choque hasta que se despertó repentinamente. El sueño le volvía a ganar y estaba muy cómodo, deseaba poder descansar de las pesadillas.
Cuando se despertó vio total oscuridad y sintió sogas atadas a sus extremidades. Estaba acostado sobre un piso de frías piedras, lo habían despojado de sus pertenencias y entendió que estaba en unas mazmorras esperando su turno. Comenzó a gritar y a intentar romper las sogas que lo sujetaban, sin éxito. Olió las antorchas antes de ver la luz y unos sacerdotes se le acercaron para alzarlo. Lo llevaban, sabía que era su final. Los estrechos pasillos y el techo rasante de los túneles eran interminables. Pronto el techo se volvería una noche estrellada y vería una fiesta con ruido y bailes.
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