Rinoceronte, un gran problema

“Rinoceronte, un gran problema”

En la selva había un gran alboroto. Todos contaban sus problemas y sus pesadillas. El conejo, protestaba porque un ruido muy fuerte lo dejaba sordo. El castor, se quejaba de que grandes pisadas hacían derribar su casa. La paloma, lloraba porque su árbol se movía y su nido se caía. El tucán, no encontraba hojas tiernas para acompañar las frutas de su rico almuerzo.

Todos se preguntaban qué pasaba, pero nadie daba con el problema. Se dirigieron a la casa del sabio Mono, allí le contaron sus grandes problemas. El sabio pensó, pensó y se rascó su enorme cabeza, puede ser el viento, puede ser...... pensándolo bien debemos vigilar el lugar. Los animalitos estuvieron de acuerdo y comenzaron a vigilar.

Grande fue su sorpresa al ver que su enorme problema, era un tímido e inocente rinoceronte. El cantaba para alegrarse, ese era el ruido que angustiaba al pobre conejo. Castor descubrió, que su problema era que el rinoceronte corría por el prado jugando con las mariposas. La paloma, observó que Vicente se rascaba la espalda con el tronco del árbol. Y el tucán, vio cuando rinoceronte se comía hojas tiernas de los arbustos cercanos.

Consultaron su gran descubrimiento al Mono Manolo quien planificó un encuentro con Rinoceronte. Todos lo esperaron y Rinoceronte como era muy tímido corrió a esconderse. Al hacerlo fue tan de prisa que hizo un ruido estruendoso, tumbó casas, derribo el árbol y arrancó todas las hojas.

El Mono Manolo se volvió loco y salieron en busca de Rinoceronte. El pobre al huir se quiso esconder en un tronco seco y se quedó atorado. El lloraba desconsolado pensando que por sus acciones nadie lo iba a socorrer. Ahora el sorprendido fue él. Todos fueron a rescatarlo, lo enseñaron a silbar, le regalaron unas mullidas zapatillas, le trajeron una rama larga y seca para rascarse y le prepararon un rica ensalada de toditas las hojitas tiernas. Todos celebraron el regreso de Rinoceronte y la solución a sus problemas.

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