Sabato

Entre la letra y la sangre es un libro producto de una entrevista con Ernesto Sábato sobre varios temas interesantes para la humanidad. Donde el autor menciona la educación y diferentes puntos de vista que ahí de acceso a la misma.

El escritor Carlos Catania interroga sobre temas como la educación la lectura y ciertas preguntas que hace la gente frecuentemente sobre ¿Qué leer? Donde Sábato responde con anécdotas de la vida cotidiana, reflejada en un constructor que dice leer de manera desordenada; para lograr suplir la usencia de la lectura en su vida, y le pide una opinión, en lo que él le responde que esa es la manera de leer porque la pasión con la que lee lo inducirá a generar su propia cultura según su necesidad.

Mientras que Carlos Catania dice que leer por necesidad genera dispersión a lo que Sábato le dice que es la manera de despertar la lectura y comenta que esto es un problema de la educación.

Carlos Catania le pregunta sobre lo que ha publicado en la editorial universitaria de Buenos Aires y Sábato contesta que son sensatas sus opiniones y coloca de ejemplo la frase de Max Scheler “una persona culta es alguien que ya ha olvidado la erudición” enunciándolo como uno de los principales defectos de la educación en América Latina y España. Donde aclara que se pretende enseñar todo, con el resultado de no saber casi nada, y no se sabe la manera útil de formar cultura. También cita nuevamente Max Scheler “en una comunidad el ideal del hombre culto no es ese individuo polimatico que conoce muchas modalidades de las cosas”. A donde Carlos dice que la cultura no es amontonar saber, sino una cualidad del ser.

Carlos Catania interroga sobre suprimir las distintas enseñanzas de materias como la matemática, la geografía y la astronomía. A lo que responde Sábato que se debe enseñar para contribuir a la formación de una cultura en el sentido que le confiere, a través de anécdotas de Torricelli un ingeniero forestal apasionado por los árboles que lo lleva a la Patagonia en chile y en este recorrido tocando el tronco de un árbol, emanada de su ser hechos históricos trascendentales por los que pasaron el hombre y el árbol.

Así confirma el gran resultado de vincular la pasión y las vivencias del hombre a la educación y la formación, mas no la formación, incluso articula que con un solo proceso histórico el adolecente podría aprender con pasión y hace énfasis en que es el único aprendizaje que sirve

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