Sacramentos
Enviado por fomareg • 2 de Noviembre de 2014 • 272 Palabras (2 Páginas) • 168 Visitas
técnico-científico de la modernidad, viven de otro espíritu, que les permite ver más allá de
cualquier paisaje y alcanzar siempre más allá de cualquier horizonte. Este espíritu vive hoy en
los manantiales de nuestra experiencia cultural. Es como un río subterráneo que alimenta las
fuentes, y éstas a los ríos de superficie. No lo vemos, pero es lo más importante, porque hominiza
las cosas y humaniza nuestras relaciones con ellas. Detecta el sentido secreto en ellas inscrito.
El hombre no es sólo manipulador de su mundo. Es también alguien capaz de leer el
mensaje que el mundo lleva en sí. Ese mensaje está escrito en todas las cosas que componen el
mundo. Los semiólogos, antiguos y modernos, percibieron muy bien que las cosas, además de
cosas, constituyen un sistema de signos. Son sílabas de un gran alfabeto. Y el alfabeto está al
servicio de un mensaje inscrito en las cosas, mensaje que puede ser descrito y descifrado por
quien tenga los ojos abiertos.
El hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo. Nunca es analfabeto. Es siempre
el que, en la multiplicidad de lenguajes, puede leer e interpretar. Vivir es leer e interpretar. En
lo efímero puede leer lo permanente; en lo temporal, lo eterno; en el mundo, a Dios. Y entonces
lo efímero se transfigura en señal de la presencia de lo permanente; lo temporal, en símbolo de
la realidad de lo eterno; el mundo en el gran sacramento de Dios. Cuando las cosas comienzan
a hablar y el hombre a escuchar sus voces, entonces emerge el edificio sacramental. En su
frontispicio está escrito: Todo lo real no es sino una señal. ¿Señal de qué? De otra realidad,
realidad fundante de todas las cosas, de Dios.
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