San Manuel Bueno, mártir

San Manuel Bueno, mártir.

Ángela Carballino escribe la historia de don Manuel Bueno, párroco de su pueblo Valverde de Lucerna, donde explica que apenas conoció a su papá, ya que falleció siendo ella muy niña. Ángela tenía un hermano que estaba en América.

Ella relata de cómo era Don Manuel, “era alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre lleva su cresta y había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago”. Decía que todos lo querían y en especial los niños.

Don Manuel se fue ganando el afecto del pueblo debido a que sucedieron distintas circunstancias, como la de la hija de la tía Rabona, que se había perdido y regreso soltera, con un hijo y Don Manuel insistió, hasta que Perote se casara con ella, lo que en años después se convirtió en su consuelo debido a que fue paralítico, otro caso que Don Manuel ayudó fue a un pobre idiota de nacimiento, Blasillo el bobo, y le enseño cosas que parecía milagro que las pudiera hacer tal como imitar, como un pobre mono, a su Don Manuel .

Otro de los casos fue que pasó banda de titiriteros, el jefe ella llego con la mujer gravemente y con tres hijos que le ayudaban de payasos. Mientras hacían su trabajo de hacer reír a la gente la esposa se tuvo que retirar debido a su estado, y escoltada por Don Manuel le ayudo en un rincón a bien morir. El payaso en llanto le intento besar la mano a Don Manuel y Don Manuel se adelantó y le dijo: -El santo eres tú, honrado payaso; te vi trabajar y comprendí que no sólo lo haces para dar pan a tus hijos, sino también para dar alegría a otros.

Cuando Ángela llegó a sus veinticuatro años, Lázaro regreso de América, para llevar a ella y a su mamá a Madrid, lo cual la mamá no quiso.

Ángela quería que Lázaro fuera a la iglesia, lo cual Lázaro estaba en contra debido a que decía cosas en contra de la iglesia.

Poco tiempo después la mamá de Ángela y Lázaro se enfermó de muerte y falleció, y en los últimos días de la señora, todo su hipo era que Don Manuel convirtiera a Lázaro, a quien esperaba volver a ver en el cielo.

Después de la muerte de la mamá de Ángela y Lázaro, Lázaro pasó más tiempo con Don Manuel, lo cual con el tiempo le reveló el secreto a Lázaro diciéndole que él tenía una enfermedad traidora que lo iba consumiendo del cuerpo. El secreto era que muchas veces les mentía a la gente para que ellos sintieran felicidad.

Después de poco tiempo Don Manuel falleció y pidió pasar sus últimos momentos en el sillón de la iglesia y Blasillo fue el que más se le arrimo y le tomo la mano a Don Manuel para besarla, donde lo despidieron rezando, y al llegar a la “resurrección de la carne y la vida perdurable”, tofo el pueblo sintió que su santo había entregado su alma a Dios. Y al ir a despertar a Blasillo se dieron cuenta que el también había fallecido. Así que enterraron a los dos cuerpos.

Años

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