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Santa Catalina De Siena Ingrid Undset Premio Nobel Literatura Femenina


Enviado por   •  17 de Abril de 2013  •  1.727 Palabras (7 Páginas)  •  731 Visitas

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Biografía de Catalina de Siena, una de las tres doctoras que tiene la iglesia católica romana y personaje especialmente controvertido. A partir de datos aportados por otros biógrafos de Catalina, incluido los del algún coetáneo de ella, la premio Nobel de 1928 narra la vida de esta santa, desde su más tierna infancia hasta el momento de su muerte, con poco más de 30 años. Además introduce una serie de comentarios, no sólo sobre el personaje, sino sobre la época de la autora, que dan más interés a la obra pues nos permiten conocer el pensamiento de Sigrid Undset.

Txema

No fue Sigrid Undset la primera, ni será la única persona de cierta relevancia que se ha convertido al catolicismo desde cualquier otra profesión de fe. Sin ir más lejos, Oscar Wilde, también pasó a engrosar las filas de esa religión, por la que siempre sintió gran admiración. Pero, al margen de esto, me da la impresión de que los cambios de religión, igual que pasa con los de ideología política, tienen un cierto aspecto traumático que marca a quien lo lleva a cabo. Tal vez por ello, en el caso de la escritora noruega que nos ocupa, se ha producido ese hecho que se suele conocer como la fe del converso, que lleva a radicalizar el pensamiento y muchas veces la actitud. Al menos esa es la sensación que se percibe a lo largo de la lectura de esta obra.

Undset escribe, más que una biografía, un panegírico de Catalina de Siena. La toma como ejemplo de actitud ante la vida y, a través de ella, nos va dando a conocer, de manera más o menos indirecta, su propia posición y las respuestas a ciertos problemas sociales. Hay que recordar que eran momentos en los que el socialismo y el liberalismo estaban disputándose la supremacía política.

Por lo que sabemos a Undset, que no es mucho, como suele acontecer con la mayoría de los escritores nórdicos, esta mujer sufrió una gran quiebra moral como consecuencia de la segunda guerra mundial algo que, desde luego, podríamos compartir, con absoluta certeza. Es entonces cuando, abrumada por esos terribles y abyectos comportamientos humanos que produjeron un holocausto infernal, y no me refiero sólo al genocidio sufrido por los hebreos, decide que la única solución para que no se vuelvan a producir o, mejor dicho, a reproducir, esos desastres es profundizar en el hecho religioso. Un hecho religioso no entendido como mero intelectual conocimiento de la religión, sino como parte de la experiencia vital de cada uno. Es decir, en resumen, vivir de acuerdo con la filosofía cristiana. Por supuesto nada que objetar a esta posición.

Donde surgen ya las dudas, es a la hora de analizar si el concepto de vivencia acorde con el menaje de Cristo, tiene que estar forzosamente unido a personas similares, en actitud, a Catalina de Siena, teniendo siempre en consideración que estamos hablando de una mujer incursa en siglo XIV.

¿Quién era Catalina de Siena para merecer ser doctora de la iglesia, a pesar de ser analfabeta; no sabía leer correctamente y aún menos escribir, por lo que es difícil creer que pudiera tener unos conocimientos filosóficos profundos ¿? Sin embargo ha dejado para la historia y para la literatura, una serie de cartas y pensamientos que otros cogieron al dictado, que son dignos de tener en cuenta. El conocimiento de esos pensamientos no significa la aquiescencia, sino simplemente tener más datos a la hora de emitir una opinión.

Hace unos días leí un artículo de Rosa Montero fustigando a Catalina de Siena de forma contundente y en el que venía a decir que, si es santa y doctora, es porque estaba cerca del poder, es decir, del Vaticano. No estoy de acuerdo. No creo que la vida de esta mujer fuera verdaderamente la de una arribista que se acerca al poder para medrar. De hecho vivió siempre de manera bastante miserable, así que, en mi opinión, por ese camino vamos mal.

Es cierto que en la vida de Catalina de Siena se dan unas circunstancias que, vistas con la perspectiva de hoy, nos parecen de un fanatismo ridículo y que dan una imagen muy negativa de la misma persona y de su iglesia. Pero, pese a lo que diga mi admirada Montero, no podemos juzgar con ojos del siglo XXI, hechos y actitudes del siglo XIV.

También es cierto que en Catalina se dan una serie de rasgos que nos incitan a pensar que no era una persona mentalmente equilibrada: visionaria, anoréxica, con posibles represiones sexuales y masoquista. Pero ello no impide que su actividad, de cara al exterior, tenga que ser analizada con otros criterios en los que también hay algún aspecto positivo: caridad, esfuerzo, lealtad...

Sí es importante, y esto lo pasa por alto el artículo de Rosa Montero, mientras que en libro de Undset queda palmariamente claro, que Catalina era una nacionalista italiana que contribuyó eficazmente, aunque con resultados catastróficos, a la vuelta de los Papas a Roma, desde su destierro de Babilonia.

En efecto, Catalina, viajó hasta la ciudad de Aviñón para convencer al Papa Gregorio XI de que debía volver a Roma y abandonar la ciudad del Ródano porque para la cristiandad era un estigma

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