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Santigua de Santiguero


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  755 Palabras (4 Páginas)  •  387 Visitas

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Santigua de Santiguero

Santiguero. Pregúntale a un niño en estos días ¿Qué es un santigüero? Te va a mirar con los ojos abiertos, grandes y con una expresión donde, con ella te va a devolver la pregunta, “dime tu qué es eso”, o quizás piense que es el apellido de un jugador de pelota. “Eso”, es una palabra que aunque ya no se escucha, si le preguntamos a nuestros padres o abuelos nos lo van a describir como llamamos hoy, “el médico de cabecera”. Esa persona que siempre estaba dispuesto a ayudar al necesitado, ya fuera en su casa o a domicilio. Conocedor de anatomía como si hubiese tenido un título universitario. Con unas manos que se podrían calificar de santas, pues junto a sus hierbas y pomadas naturales sanaban todo lo que tocaban.

Ese arte lo mismo podía venderse, si es que podían darle algo o regalarlo pues los dones de Dios, como regalos que son, así mismo se ofrecen. Claro, recordemos que es el 1946. Es por esto que cuando encuentra a Gume Pacheco, tirado en la calle, no lo piensa para llevárselo a su casa a curarlo, pues uniendo su mano junto al rezo al Todopoderoso “en el nombre de Dios que lo mesmo cura cuando está sano que cuando está enfelmo, que lo mesmo ayúa cuando el hombre está vivo que cuando está muelto…” comienza su tratamiento. Dándose cuenta de que lo que el hombre tiene va mucho más allá de los conocimientos que él tiene y la vasta experiencia, pues como dije al principio es un médico, pero el médico de todos y conoce cada enfermedad y condición por las que ha pasado “ el barrio”.

Mientras, todas las oraciones estaban sobre Gume, lo que verdaderamente necesitaba no le estaba siendo provisto. Aunque fue por ignorancia y no por maldad, esto me acuerda la manera en que se vive hoy día, especialmente los que decimos ser cristianos. Nos tocan a la puerta con una necesidad y nuestra manera de ayudar es orando, y sabemos que la oración funciona, pero precisamente porque funcionó la oración del necesitado fue que llegó frente a mí con su problema, pero es más fácil poner una mano encima y abrir la boca a llamar lo que ya por gracia hemos recibido, que entrar y buscar en el bolsillo o la alacena y para cubrir lo desprovisto. Eso es lo que nos manda a hacer Jesús “porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber fui forastero y me recibiste” Mateo 25:35. Aquí nos presentan una gran preocupación social y humanismo, la desesperación de un hombre del que no sabemos cómo llegó a hasta esa situación, pero que sabemos que no surgió de un día para otro. ¿Cuántos días pasaron sin este hombre probar bocado? ¿Qué puertas tocó? ¿Cómo es que un ser humano puede llegar a esta situación?

El santigüero lo dejó claro “una nueva enfelmedá”. Una enfermedad que no puede sanar una medicina, un doctor, un sobo, unas yerbas. La enfermedad de la indiferencia, la enfermedad de la falta de trabajo, la enfermedad de

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