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¿Se Puede Hablar De Morbo En La Literatura?


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  2.711 Palabras (11 Páginas)  •  1.048 Visitas

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El morbo es definido como una tendencia obsesiva a deleitarse en sentimientos desagradables o escenas truculentas. Es interesante que este término sólo exista en el idioma español. En italiano sería “Affascino”, fascinación, en inglés existe la fascinación mórbida, Morbid fascination, concepto ligado a la muerte y al enfoque sensacionalista de los medios, y en francés, el término “Morbidité” es culto, apenas se usa, y se relaciona únicamente con la enfermedad.

En nuestro idioma es ese algo-sin-nombre que provocan ciertas personas y sus actitudes y que cuando se trata de definir, lo “qué tiene esa persona que no sé lo que es”, y se dice “mucho morbo”, tiene lugar un asentimiento general por haberle puesto nombre a eso que sentimos, pero que, inevitablemente, es sólo vestir con palabras algo indefinible.

El término morbo tiene tantas connotaciones como usuarios del mismo, puede expresar tanto la excitación sexual provocada por algo o alguien, como el atractivo erótico de una persona, tanto la emoción intensa que suscita una situación o una imagen, como la perplejidad que provoca un escándalo político. De hecho no son tantas las personas que conocen la verdadera acepción de la palabra.

¿Pero por qué es un concepto exclusivamente español? Probablemente la causa sea el proverbial atraso de la cultura española, ya que en España ni se produjo el movimiento romántico, ni tuvieron lugar, propiamente, ni la modernidad, ni la razón crítica ni una revolución burguesa. La censura y las restricciones religiosas, el atraso intelectual, la represión sexual… todos estos factores contribuyeron a fomentar lo prohibido. Ya García Berlanga hablaba de que el placer es más intenso cuando se busca su estimulación entre los entresijos de lo vedado, y probablemente el morbo sea una derivación de esta atmósfera social y cultural.

Lo prohibido suscita risas y nerviosismo en el pueblo español. En cualquier espectáculo teatral palabras como polla o follar, provocan carcajadas en el público, esta reacción sólo puede atribuirse a nuestra tendencia a excitarnos ante lo que desde nuestra infancia es catalogado como malsonante, vergonzoso, perverso… España ha transformado un concepto originalmente vinculado a lo repulsivo en un cajón de sastre donde caben todos los enfoques posibles.

La palabra "Morbo" deriva del latín "Morbus" que significa "de origen oscuro" y su raíz es compartida con la palabra latina "mors" (muerte). En medicina se utiliza como sinónimo de enfermedad: estado mórbido. Cuando nos referimos a "morbo", intuitivamente, hacemos referencia al interés "insano" por algún tipo de objeto o fenómeno. Es decir que lo "morboso" no es el objeto en sí (sexualidad, muerte, por ejemplo) sino determinada actitud frente a estos objetos.

Eugenio Trías sostiene, en Lo Bello y lo Siniestro, que lo siniestro constituye la condición y límite de lo bello. Según el filósofo, lo siniestro nos remite a una revelación de aquello que debe permanecer oculto. Exponer lo que no debemos ver es una transgresión y una confrontación. Hacer público lo que debe ser privado (secreto) es siniestro, pero si se nos muestra de una forma "velada o diluida" nos puede llevar a una experiencia estética. El morbo, palmaria exposición de lo privado, nos conduce a vivir experiencias positivas y negativas. Por ello, dentro del ámbito de la literatura, sólo pueden ser considerados privados aquellos géneros paraliterarios que incluyen la autobiografía, los diarios, las notas de viajes… Únicamente estas creaciones, cuando son escritas sin afán de ser publicadas, son susceptibles de despertar sensaciones morbosas ya que en ellas podemos detectar la verdad que puede resultarnos perturbadora, por ser una verdad siniestra y velada.

En mi opinión el morbo apenas está presente en la literatura; las obras literarias del Marques de Sade y de George Bataille son algunos de los pocos ejemplos en los que está integrado el morbo, tanto en la narración, como en la recepción de la obra, ya que puede provocar una reacción morbosa en el lector. Pero es un fenómeno esencialmente visual, el morbo está principalmente en la mirada del observador, no en la del lector.

Es por este motivo por el que el voyeurismo está íntimamente conectado con el morbo. En la película Acosada, protagonizada por Sharon Stone, el dueño de un bloque de apartamentos, personaje que encarna William Baldwin, pasa su ocioso tiempo espiando a sus inquilinos en una enorme sala llena de monitores. En la trama tiene lugar un asesinato y él es el principal sospechoso. Finalmente se resuelve que es inocente y Stone descubre su secreto. Entonces decide destruir todas las pantallas de televisión, disparando con un revolver mientras dice, dirigiéndose a la cámara, “Aprende a vivir”. Así concluimos que el voyeurismo masculino está relacionado con la violencia, no así el femenino, que como la homosexualidad femenina hasta mediados del siglo pasado, sencillamente no existe, y que es un concepto que se relaciona con “no saber vivir”. Porque “¿Los modelos de mundo son, pues, mapas de la realidad, no la realidad en sí?” .

En el 2003 tuvo lugar en Londres, en el Instituto de las Ideas, un debate sobre “El Cuerpo y la Muerte en la Cultura Contemporánea” a cargo expertos tanto en el mundo del arte, como en el de la ética médica. Analizaron el fenómeno de la fascinación mórbida, motivados por las polémicas que suscitan las prácticas de la autopsia y la donación de órganos, y observaron que, en pocos años, hemos desarrollado una nueva percepción hacia nuestro cuerpo.

Actualmente el cuerpo es individualista y narcisista, el cuerpo adelgaza, se tatúa, se perfora… como expresión de identidad, respondiendo al deseo de ser diferente, único, y como réplica al ideal de responder a las exigencias de belleza que el sistema nos impone.

Asimismo confirmaron una paradoja: por una parte aumenta el rechazo a la práctica médica de la disección en las autopsias; y por otra, se manifiesta una actitud más distante hacia dicho procedimiento cuando es considerado un objeto artístico como sucedió con la polémica exposición "Body Worlds" de Gunther von Hagens, científico y artista, y creador de la plastificación de cadáveres, técnica que consigue preservar los tejidos de una manera perfecta, produciendo la sensación de que los cuerpos están vivos.

Siempre ha existido fascinación por la muerte y esta ha sido exteriorizada en los osarios, las celebraciones mortuorias en Méjico, la costumbre victoriana de fotografiar muertos, o de hacer joyas con partes de un cadáver, y los artistas siempre han trabajado con el cuerpo pero dado que nuestro sentido de

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