Si las aberturas de las novelas deben contar con unos notarios ingredientes estilísticos.

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Obra: Cuevas Garcá, Cristobal. (1991). Miguel Delibes: el escritor, la obra y el lector. España: Editorial del Hombre.

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“Si las aberturas de las novelas deben contar con unos notarios ingredientes estilísticos. Ricos que dependiendo de la pericia del narrador, zambullen como antes al lector en las aguas inquietantes atrayentes prometedoras del libro que acaba de iniciar, finales de esas mismas novelas no deben tratarse sino con el mismo Cuidado con la efectividad similar con la que la mató su Procura que siempre le es posible escribir la indicación del telón final obscuro total Cómo ha llegado a un acorde efectista que dejé activado el interés del espectador atraído por multitud de sensaciones que quedan adheridas a su sensibilidad, qué le propongan en el sosiego o en la inquietud, uso de lotes tificado a lo largo de la representación. En ese sentido, exigen certificado final de golpe la atención del lector las novelas de Miguel delibes un excelente ejemplo.
Es difícil olvidar la estampa don Jacinto San José, kafkiana metamorfosis de una abeja, escapándose por fin del Z opresores y el campo libre constata que está vivo,, depende de su cuello La Sonora esquila, en la gama del cercano Oasis, y qué alegre y adoptado ya perfectamente su medio, bala y bala.
O aquella otra, en el remate de los Santos Inocentes cuándo, director del señorito Iván colgado de la gruesa maroma, le siguen las palabras casi rituales del idiota,, milena bonita milana bonita, y una alegría de libertad en el horizonte:
Y en ese instante un apretado bando de zuritas batir el aire razón de la copa de la encina en que se ocultaba.
Impresionan intensamente ambos acordes postreros de dos magistrales  textos delibesianos, porque en ellos se constata,, elocuente emblema central que se ha propuesto este trabajo, las violencias individuales o colectivas que, otras violencias a manera de deus ex machina, más o menos justificados, amenazan progresiva perversamente un espacio un hábitat humano y natural, cada vez más arcadia imposible,  metropia que se nos va media blemente de las manos. Entre el naturaleza libre, armonizada inocente, es puntera de gorjeos, pájaros que atisba desde su encierro el pusilánime jacinto San José, y sus pesadillas resueltas en la ovina metamorfosis, tiempo es de una naturaleza envenenada, manipulada por la agresión y la amenaza de un progreso biológico mal dirigido. El inocencia del Tri, milana, niña chica, azarías se ha quebrado entre la insolidaridad incomprensión

la vi,,gratuita como culpable de quién desprecia los más íntimos y elementales valores del semejante. Desde ese temprano toque del armas y a lo largo de los títulos sucesivos, el delibes compone novelas y cuentos en los que un puñado de personajes participan de su sensibilidad y de su sentimiento de sentirse amenazados en un espacio que se degrada cultural y ecológicamente, enviar el texto que elocuentemente resumen,, ese temor, amenaza es elegida por un mundo que nos empeñamos en que desaparezca: Su discurso de ingreso a la Real Academia Española de la lengua.

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