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Enviado por JECCCC • 10 de Marzo de 2014 • 2.312 Palabras (10 Páginas) • 318 Visitas
El feudalismo es el sistema social, económico y político que se desarrolló en Europa, principalmente entre los siglos IX y XII. Como término genérico, el concepto de feudalismo se aplica a la relación de vasallaje, por la que se instituían obligaciones mutuas entre un señor y un vasallo.
Sin embargo, el feudalismo no sólo se manifestó en esta relación, sino que constituyó el eje de la organización política y social de Europa occidental durante toda la Edad Media, y que en algunas zonas se prolongó, al menos en sus ámbitos económico y social, durante parte de la Edad Moderna.
El feudalismo europeo fue, en esencia, consecuencia de las grandes invasiones germánicas sobre el mundo romano, las cuales condujeron a la fusión de dos sociedades (la romana y la bárbara) colocadas a niveles culturales profundamente distintos, alterándose ambas y determinando la aparición de nuevas instituciones.
El imperio de Carlomagno (742-814) constituyó el primer intento de crear un nuevo orden después de los grandes trastornos producidos en esta época. A su muerte siguieron otras conmociones, producidas en gran parte por nuevas migraciones e invasiones (de vikingos, eslavos, húngaros, etc.), lo que trajo consigo el debilitamiento del imperio Carolingio, ya que sus sucesores no fueron capaces de administrarlo.
La casi desaparición del imperio amenazó con sumir a Europa en una situación de anarquía, en la que se dieron transformaciones generales de tipo económicas, sociales y políticas: decayeron las ciudades, disminuyó el comercio internacional, se redujo el uso de la moneda y la tierra quedó como la principal riqueza. También, se produjo la pérdida de autoridad de los poderes centrales y el desaparecimiento de la organización burocrática.
Frente a este escenario, los reyes dejaron en manos de los condes y marqueses la defensa de sus territorios. Y la población asustada vio que estos nobles eran su única protección. Así, lentamente, se formó un nuevo orden que recibió el nombre de feudalismo.
Normandos, vikingos y húngaros
En el siglo IX, Europa fue víctima de nuevas invasiones. Desde el norte arribaron los normandos y los vikingos, quienes tras asolar los puertos remontaron hacia el interior del continente.
Las primeras incursiones normandas tuvieron lugar ya durante el reinado de Carlomagno, pero las más importantes invasiones se produjeron en la segunda mitad del siglo IX.
Los vikingos (divididos en suecos, daneses y noruegos), procedentes de Escandinavia, aparecieron hacia el año 800 en distintos puntos de Europa. A estos ataques se sumaron los húngaros, pueblo de Asia Central, que se abatieron sobre Europa siguiendo la ruta de los hunos hasta el río Danubio, y desde aquí marcharon hasta Francia.
Los reyes carolingios fueron incapaces de defender a sus súbditos. Entonces, los nobles construyeron castillos y fortalezas; las ciudades volvieron a ser amuralladas y los caminos se tornaron peligrosos. Todos anhelaban protección y esta solo podía ser entregada por los nobles.
Características del feudalismo
Era común que para distraerse, el señor feudal, todopoderoso en sus tierras, saliera de caza.
Así nació la relación de vasallaje, en donde un vasallo (vasallus) se encomendaba a un señor (dominus o senior) a cambio de la concesión de un beneficio (beneficium) o también, para emplear el término germánico, feudo, que acabó de designar casi de manera exclusiva el beneficio en tierras. Por tanto, el régimen feudal nació de la combinación de vasallaje y feudo.
La concesión del feudo se consumaba con un solemne rito conocido como investidura. Este contrato feudal era de por vida y mediante él el vasallo prometía fidelidad a su señor y el cumplimiento de una serie de funciones en su nombre. Sus deberes más importantes eran: el servicio militar, reclutar soldados para el ejército de su señor y proveerlo de ingresos. Por su parte, el señor debía garantizar protección a su vasallo y entregarle medios de subsistencia. Con este fin, el vasallo recibía el control de un feudo, que consistía en una gran extensión de tierra, aunque también podía dedicarse a funciones administrativas y de responsabilidad, como recaudador de impuestos o agente de aduanas. De esta manera, un señor con muchos vasallos disponía de fuentes seguras de ingresos, además de un ejército.
Al principio, los feudos no eran hereditarios, lo que constituía una gran ventaja para el señor. Pero en el transcurso de la Edad Media, los vasallos encontraron oportunidades para convertir sus feudos en hereditarios, dejando a sus señores con un número menor para disponer como recompensa.
En cualquier caso, los poderes de los grandes feudatarios llegaron a ser tantos, que los feudos acabaron por constituir auténticos estados en el seno de las monarquías europeas.
¿Como era el feudo?
El feudo más típico comprendía tierras cultivables, bosques, fincas, villas e incluso varias parroquias.
La parte más importante del feudo era el castillo o fortaleza que lo delimitaba. Al medio del castillo se elevaba una torre señorial con su atalaya. Además, contaba con edificios y patios rodeados por gruesos muros provistos de almenas y un profundo foso. Para entrar al castillo había que bajar un puente levadizo y subir un grueso portón.
Al lado del castillo se emplazaban los almacenes, talleres, establos, hornos y molinos. En las cercanías estaban la villa, las modestas casas de los siervos y la capilla.
Los campesinos cultivaban la tierra en beneficio del señor o bien en beneficio propio, pero pagando un censo (pago en especies). Los villanos (vecino que habita una villa o aldea, a distinción de noble o hidalgo) elaboraban el pan, la cerveza y el vino, hilaban y confeccionaban sus muebles.
Desarrollo y apogeo del feudalismo
Entre guerra y guerra, los nobles pasaban sus períodos de ocio en fiestas que con la bonanza económica de Europa se hicieron cada vez más refinadas.
El régimen feudal fue una organización del poder político que correspondió al contexto especial de la Edad Media. Y aunque no pudo garantizar plena estabilidad política en tiempos de escaso desarrollo económico y de mucha violencia, como sucedió en esta época, ofreció ciertas condiciones de paz.
Para muchos historiadores, el feudalismo representó una respuesta práctica a los problemas surgidos en esa época en ámbitos como las relaciones sociales, las estructuras económicas y productivas y las dependencias políticas.
Con todo, el feudalismo alcanzó su madurez en el siglo XI y tuvo su máximo apogeo en los siglos XII y XIII. Su cuna fue la región comprendida entre los ríos Rhin y Loira, dominada por el ducado de Normandía. Al conquistar
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