Soy como... ¿qué es lo que soy?
Enviado por Annia Cabrera Nico • 24 de Octubre de 2021 • Ensayo • 1.102 Palabras (5 Páginas) • 124 Visitas
Annia Cabrera Nicó
Matrícula: 199269
Soy como… ¿qué es lo que soy?
¿Realmente que tanto sabemos de nuestros cuerpos? Podemos relacionarlo con factores del ambiente, pero no nos imaginamos lo íntimamente interconectados que estamos con todo lo que nos rodea. Nuestra vida en sociedad influye en nosotros desde el nacimiento, pero lo que no llagábamos a comprender es que esa influencia es acumulativa, y viene gravada en nuestros genes mucho antes de nacer. Hoy ya no se defiende que todo se base en la genética, sino que el medio es tan importante como los genes. Hace un tiempo leí en un estudio que la naturaleza pone la bala (gen), y la sociedad(ambiente) aprieta el gatillo.
Y es que el hombre es un ser biopsicosocial, y es en ese prefijo “bio” donde se acumula la historia genética de generaciones y generaciones de seres humanos que vivieron este mundo antes que nosotros, incluso antes de ser humanos. Pero realmente ¿por qué somos como somos? Si partimos de un inicio común, ¿que no hizo ser como somos hoy? Y la respuesta es tan compleja como la pregunta.
Entonces, ¿realmente la comida que me gusta ya viene descrita en mis genes? Al parecer sí. Nuestro cerebro está totalmente interconectado y armonizado con el ambiente que nos rodea. Dependemos íntimamente de nuestro ambiente externo e interno a nivel físico y emocional. Sin embargo, somos más que la suma de esas partes. Nuestro cerebro ha tenido un crecimiento y desarrollo adaptativo, y ha sido la sociedad y no la biología quien ha jugado la mayor parte en este sentido. Desde un punto de vista morfo-fisiológico nuestro cerebro e incluso nuestro código genético no es tan diferente al de los animales, ni siquiera en nuestra capacidad de aprender.
Pero ¿que pasa con nuestra capacidad de “aprender a aprender”? Es ahí donde nuestro cerebro se destaca, en su capacidad no solo de sobrevivir, sino prosperar, manejar asuntos sociales, tomar decisiones emocionales, que implican un aumento a nuestro juicio de las probabilidades de supervivencia y superación. Y aquí es donde viene la vida en sociedad a jugar un papel fundamental. El socializar ha sido un factor decisivo en ser quienes somos, nos ha permitido ser parte de un grupo, y a su vez aprender, avanzar, incluso dejando a un lado nuestra intuición, con el fin de obtener una aprobación que se vería compensando dentro del punto de vista social con aprobación.
Entonces la sociedad condiciona quienes somos. Tal es el caso de afirmar como cierto algo que es falso, solo por seguir la mayoría. O el impulso a mentir, con tal de encajar en un grupo social, o de defender ese grupo social, para aumentar nuestra reputación en el mismo, pues esto conllevaría a un consecuente aumento de las capacidades de conseguir pareja y reproducirnos.
La vida en sociedad nos ha llevado a la civilización y a la evolución, Si hubiese sido solo la selección natural, no existiría tal evolución. La antropóloga Margaret Mead consideró que el primer signo de civilización era “un fémur fracturado y sanado”, por selección natural en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes huir del peligro, ir al río a beber o buscar comida. Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane. Un fémur roto que se ha curado es evidencia de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con el que se cayó, ha vendado la herida, le ha llevado a un lugar seguro y le ha ayudado a recuperarse. Y es este tipo de vínculos emocionales los que se desarrollan en la vida en sociedad.
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