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Sustentabilidad


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  3.934 Palabras (16 Páginas)  •  298 Visitas

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Sara Larrain:

EL RETO DE LA SUSTENTABILIDAD SOCIOAMBIENTAL: SU POTENCIAL ETICO Y POLÍTICO EN EL NORTE Y EN EL SUR

Introducción

El concepto de sustentabilidad ha aportado un gran potencial de maduración y articulación político conceptual para las organizaciones no gubernamentales y en especial para el movimiento ambiental. Ha permitido integrar el medio ambiente como una dimensión fundamental del desarrollo, pero al mismo tiempo ha enriquecido y amplificado el marco conceptual en el que desarrolla su acción parte del movimiento ambiental incorporando las dimensiones sociales, económicas y políticas en su fundamentación y propuestas.

El concepto de sustentabilidad popularizado a fines de los 80 por la Comisión Brundtland, oficializa a partir de la Cumbre de Río en 1992, al menos en el discurso, una nueva agenda para el desarrollo mundial para el siglo XXI. Además de su enorme potencial integrador de conceptos, el proceso de discusiones sobre la sustentabilidad del desarrollo ha permitido esclarecer los proyectos de desarrollo del mercado, el estado y la sociedad civil, y el centro de las tensiones políticas entre el Norte y el Sur.

El Programa Cono Sur Sustentable se inicia en América Latina en 1998 a partir de tres programas nacionales: Brasil, Chile y Uruguay Sustentable. A partir de dicha fecha, el trabajo se concentro en la discusión sobre el marco de la sustentabilidad y su reelaboración conceptual desde la perspectiva de los países del Sur, y simultáneamente en el desarrollo de propuestas nacionales para el desarrollo sustentable en cada país. A partir de 1999 se iniciaron estudios técnicos regionales en el marco de los países del Mercosur y se promueven proyectos nacionales de sustentabilidad en Argentina y Paraguay.

En su posicionamiento desde el Sur, los programas desarrollan un marco conceptual común en el cual destacan fuertemente las dimensiones sociales y políticas de la sustentabilidad, e inician la formulación del concepto de “línea de dignidad“, que permite formular las condiciones de equidad y distribución como un reto común de convergencia entre las sociedades del Norte y del Sur.

Finalmente, a partir del desarrollo de los programas en los tres países, se ha iniciado la evaluación del potencial ético-político de experiencias desarrolladas bajo el marco de la sustentabilidad, y el potencial de articulación entre actores y movimientos sociales que conlleva su enfoque sistémico e integrador.

El concepto de sustentabilidad: Integración de la dimensión social, ambiental y política del desarrollo.

El concepto de sustentabilidad, propuesto internacionalmente por el informe Brundtland sobre „Nuestro Futuro Común“ en 1997, corresponde a un esfuerzo por integrar la dimensión ambiental al desarrollo, concepción tradicionalmente ligada a una dimensión eminentemente social y económica.

Esta nueva concepción de desarrollo fue oficializada a nivel gubernamental a partir de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río en 1992, donde se establecen acuerdos para enfrentar los desafíos que presenta la finalidad de los recursos del planeta y la destrucción de los sistemas que mantiene su estabilidad biofísica, tales como el sistema del clima. En ella también se establece una Agenda de Acción socio-política por cada uno de los actores (incluidos los de la sociedad civil, el estado y el mercado), para implementar la compatibilidad entre desarrollo y medioambiente.

El marco establecido para el desarrollo de este concepto, ha integrado los desafíos ambientales y socio-económicos de la civilización humana a fines del siglo 20, y al mismo tiempo ha integrado la participación y acción de los ciudadanos como factor fundamental para la implementación del desarrollo Sustentable.

Simultáneamente desde inicios de los 90 el concepto de sustentabilidad ha sido sujeto de discusión y permanente reelaboración por parte de la sociedad civil, el sector empresarial y los gobiernos, tanto en el Norte como en el Sur, a partir de la implementación de las estrategias de desarrollo sustentable.

El Programa Chile Sustentable, y las instituciones integrantes del Programa Conosur Sustentare, han acordado priorizar tres dimensiones del marco de la sustentabilidad: las que desde nuestra perspectiva también interpretan muy claramente el espíritu de Río ‘92.

La primera dimensión es la sustentabilidad ambiental; referida a la necesidad de asegurar la satisfacción de las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras. Esto implica la necesidad de proteger y mantener los sistemas vivos de la tierra, y los sistemas bio-físicos que permiten la mantención de las funciones del planeta; el uso sustentable de la naturaleza y los ecosistemas; y el establecimiento de cambios de conducta, normas, leyes e instrumentos económicos necesarios para asegurar la sustentabilidad ambiental.

La segunda dimensión de la sustentabilidad es la sustentabilidad social; cuyo objetivo fundamental es la Equidad. Que implica la solución de la pobreza, la distribución equitativa de los beneficios del desarrollo, y la concreción de condiciones de dignidad para la vida humana. El desafío de la sustentabilidad social implica la satisfacción de las necesidades humanas establecidas en los derechos económicos sociales, políticos y culturales (y no solo aquellos a la salud, educación, y vivienda, reconocidos en las tradicionales políticas sociales, que por cierto sí aseguran la reproducción biológica de las personas como recursos humanos al servicio del mercado). Sino que implica además de la distribución del ingreso, la equidad entre los géneros, la equidad entre las razas, las culturas, entre las personas que habitan las regiones o los territorios nivel nacional, y la equidad entre las sociedades del Norte y del Sur.

Finalmente la sustentabilidad también involucra gobernabilidad democrática, una ampliación de las concepciones tradicionales de libertad política, pues asegura que cada ciudadano pueda ejercer su derecho a ser un actor en la decisión e implementación de su propio desarrollo. Así la sustentabilidad política, incorpora junto a las tradicionales concepciones de libertades políticas, los requerimientos de autodeterminación de los pueblos indígenas o de las comunidades locales o regionales en relación a poderes centralizados, y las reivindicaciones de equidad en la participación en el ámbito de los territorios, los géneros, las generaciones y las culturas, y también la coherencia entre los ámbitos publico y privado. Esta dimensión política de la sustentabilidad permite asegurar el incremento de

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