TAREA Aguja
Enviado por ivanjmnz17 • 14 de Diciembre de 2014 • 303 Palabras (2 Páginas) • 186 Visitas
Es cosa de todos sabida que, en el año de 1882, naturalismo y realismo son a la
literatura lo que a la política el partido formado por el Duque de la Torre: se ofrecen
como última novedad, y, por añadidura, novedad escandalosa. Hasta los oídos del más
profano en letras comienzan a familiarizarse con los dos ismos.
Dada la olímpica indiferencia con que suele el público mirar las cuestiones
literarias, algo desusado y anormal habrá en ésta cuando así logra irritar la curiosidad de
unos, vencer la apatía de otros, y que todo el mundo se imagine llamado a opinar de ella
y resolverla.
Este movimiento no sería malo, al contrario, si naciese de aquel ardiente amor al
arte que dicen inflamaba a los ciudadanos de las repúblicas griegas; pero aquí reconoce
distinto origen, y desatiende la cuestión literaria para atender a otras diferentes aunque
afines. Muy análogo es lo que ocurre ahora con el naturalismo y el realismo a lo que
sucedió con los dramas del Sr. Echegaray. Si teníamos o no un grande y verdadero
poeta dramático; si sus ficciones eran bellas; si procedía de nuestra escuela romántica o
había que considerar en él un atrevido novador, de todo esto se le importó algo a media
docena de literatos y críticos; lo que es al público le tuvo sin cuidado; discutió,
principalmente, si Echegaray era moral o inmoral, si las señoritas podían o no asistir a la
representación de Mar sin orillas, y si el autor figuraba en las filas democráticas y había
hablado in illo tempore de cierta trenza... El resultado fue el que tenía que ser:
extraviarse lastimosamente la opinión, por tal manera, que harán falta bastantes años y
la lenta acción de juiciosa crítica para que se descubra el verdadero rostro literario de
Echegaray, y en vez del dramaturgo subversivo y demoledor, se vea al reaccionario que
retrocede, no sólo al romanticismo, sino al teatro antiguo de Calderón y Lope.
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