TODO SE DEFINE EN LA VUELTA

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Tras lo que parecía un partido en el que se podía dar la vuelta al marcador adverso, los Tigres de la UANL quedaron fuera de la Liguilla, al caer 2-1 en el global ante Monterrey.

Danilo Verón anotó un golazo para poner al frente a Tigres, y por ese momento en la Semifinal, pero luego, en la parte complementaria, fue expulsado cuando el marcador estaba 1-1. El duelo pintaba para ser explosivo, y aunque la lluvia era incómoda, ambos equipos comenzaron a tener sus propios duelos individuales en la cancha.

Tigres fue mejor la primera media hora, teniendo la pelota, imponiéndose en la recuperación y dándole un toque al rival que dejaba la sensación de que sería imbatible.

A los cuatro minutos un cabezazo de José Rivas iba directo a las manos del arquero Ibarra. Monterrey respondía con disparo de Suazo muy desviado del arco de Palos.

La locura en el Universitario se presentó a los 12 minutos, cuando Salcido mandaba pase largo a segundo palo, donde Danilo controlaba y de zurda la incrustaba en el ángulo superior derecho. Era el 1-0 que revivía a Tigres. El gol desconcertó al rival, que parecía no tocaba la pelota, ante la circulación dominante que Tigres le daba.

A los 18 minutos Lucas Lobos entraba al área y sacaba tiro por fuera del poste derecho. Antes, a los 16’, Suazo la había intentado a balón parado, pero la zaga mandó a tiro de esquina. La lluvia arreciaba en el estadio y el control de Tigres se mantenía, y a los 26’ el Gringo Torres se paraba en el área para sacar tiro que se iba a un costado del arco.

Cuando Tigres más insistía, vino la tragedia en zona de seguridad de nuestro equipo, cuando Israel Jiménez intentó romper un balón, pero lo abanicó y lo envió directo al arco para el 1-1 que enfrió el júbilo. Ante la obligación de hacer dos goles más para avanzar, Tigres, intentó ir más al frente, dejando abierta la opción del contragolpe del rival, lo que a los 40’ le daba a Suazo la oportunidad de sacar tiro desviado. Villa reaccionó a los 43’, con tiro por un lado del poste derecho, despertando el grito ahogado en las tribunas. Para la parte complementaria Tigres no tuvo otra que ir lo más insistentemente posible sobre el arco de Ibarra, ante un Monterrey que empezaría a jugar con el reloj más que con el rival.

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