Tarea sociedad civilizada
Enviado por dalilaponce • 9 de Marzo de 2015 • 986 Palabras (4 Páginas) • 348 Visitas
Introducción
Si nos planteamos el alcance de los valores éticos en la actualidad podemos percatarnos, sin grandes dificultades que nos estamos enfrentando a un problema de crisis de valores y que la misma está afectando, particularmente, a los sectores más jóvenes. Más allá del tópico, la crisis de valores atenaza a la sociedad de nuestro tiempo y, por tanto, conviene preguntarse cuáles son las medidas que puedan aplicarse para evitar, que de continuar esta tendencia, se produzcan daños irreparables en los comportamientos éticos y solidarios que se reclaman de cualquier sociedad civilizada.
Si nos preguntamos qué queremos decir con la búsqueda y la vivencia de valores de carácter ético habrá que tener en cuenta que la ética estudia a la moral, partiendo de la base de que etimológicamente lo ético se relaciona con la moral y con lo relativo al carácter (Corominas, Diccionario Etimológico) y, a su vez, moral se relaciona con costumbre o manera de vivir. Estas raíces etimológicas nos están dando la pauta de que los valores éticos generan costumbres y comportamientos acordes con la virtud. En definitiva, alcanzar, como decían los griegos clásicos, lo que es bueno, lo que es justo y hasta lo que es bello, ya que lo que es bueno y justo debería ser por naturaleza bello.
Objetivo
La globalización tiene un impacto determinante en la sociedad, en su cultura, en su modo de vida, su forma de hacer negocios, a tal grado que la misma ha tenido apoyo y rechazo de gran parte de la humanidad. Quienes la aceptan ven oportunidades de negocio, de expansión, dominio, crecimiento y riqueza. Quienes la rechazan ven pérdida de valores, de cultura, de identidad nacional, y la amenaza de competir en desventaja con las grandes potencias.
Una posición auténticamente crítica ante la globalización presupone ante todo una determinada postura ética. Pues la globalización económica no es ni mala ni buena. Cuando la atacamos es debido a la dificultad que entraña controlar la economía desde los Estados Nacionales que, mejores o peores, son ya viejos conocidos nuestros. Pero parecemos haber olvidado algo, al hablar así, que los Estados Nacionales de la mayor parte del planeta han consentido unas desigualdades internas escalofriantes, que los imperialistas siempre han contado con títeres de cada nación, y que el estado del bienestar, preocupado por las exigencias de justicia de sus ciudadanos, ha sido una realidad casi exclusivamente europea. Cabe destacar la necesidad de instituir un eficiente control internacional de la economía global y de unas reglas de juego más justas, porque las existentes favorecen a los países más poderosos, que se protegen por los medios más retorcidos, practicando un neoproteccionismo incluso en nombre del mercado. Y es que, en realidad, la globalización es no sólo reducida e imperfecta, sino que en muchas ocasiones está amañada en favor de determinados intereses hegemónicos.
Las naciones, la sociedad, las organizaciones, y los individuos deben estar preparados para los cambios mundiales que están sucediendo; el proceso de adaptación
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