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Taxonomias Verbales


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2013  •  1.191 Palabras (5 Páginas)  •  467 Visitas

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TALLER DE EXPRESION ORAL Y ESCRITA

LIC. EN INGENIERIA DE PROCESOS INDUSTRIALES Y COMERCIO INTERNACIONAL

Nomenclatura de las formas verbales

Equivalencias de las nomenclaturas de los tiempos verbales

Forma verbal Andrés Bello

(1781-1865) Real Academia:

Gramática, 1931 Real Academia:

Esbozo, 1973

MODO INDICATIVO

canto presente presente presente

canté pretérito pret. indefinido pret. perfecto simple

cantaba copretérito pret. imperfecto pret. imperfecto

he cantado antepresente pret. perfecto pret. perfecto compuesto

hube cantado antepretérito pret. anterior pret. anterior

había cantado antecopretérito pret. pluscuamperfecto pret. pluscuamperfecto

cantaré futuro futuro imperfecto futuro

cantaría pospretérito potencial simple o imperfecto condicional

habré cantado antefuturo futuro perfecto futuro perfecto

habría cantado antepospretérito potencial compuesto o perfecto condicional perfecto

MODO SUBJUNTIVO

cante presente presente presente

cantara o cantase pretérito pret. imperfecto pret. imperfecto

haya cantado antepresente pret. perfecto pret. perfecto

hubiera o hubiese cantado antepretérito pret. pluscuamperfecto pret. pluscuamperfecto

cantare futuro futuro imperfecto futuro

hubiere cantado antefuturo futuro perfecto futuro perfecto

MODO IMPERATIVO

canta futuro presente presente

FORMAS NO PERSONALES

cantar Infinitivo

cantando Gerundio

cantado Participio

haber cantado infinitivo compuesto

«La estructuración habitual de las formas verbales y la terminología resultante se ha basado casi exclusivamente en cuestiones de forma externa (simples frente a compuestas) o bien en lo que para nosotros es el vector originario. Así, tanto cantaré como habré cantado son consideradas como formas de ‘futuro’, mientras que cantaba, canté, había cantado, etc. figuran entre las formas de ‘pasado’. Las agrupaciones resultantes son muy heterogéneas y, sobre todo, impiden dar cuenta de las conexiones que las aproximaciones no temporalistas establecen entre, por ejemplo canto y cantaba o bien cantaré y cantaría. Esos inconvenientes desaparecen si distribuimos las formas teniendo en cuenta la relación temporal primaria y el punto de referencia, tal como muestra el cuadro siguiente, en el que las formas aparecen únicamente en la casilla que contiene su realización temporal fundamental:

Punto de referencia Relación temporal primaria

Anterioridad Simultaneidad Posterioridad

origen (momento del habla) Canté Canto cantaré

anterior al origen había cantado Cantaba cantaría

simultáneo al origen he cantado

posterior al origen habré cantado

anterior a un punto que es posterior

a otro punto anterior al origen habría cantado

La situación en columnas muestra gráficamente los vínculos existentes entre las formas que poseen la misma relación temporal primaria.»

[Rojo, Guillermo / Veiga, Alexandre: “El tiempo verbal. Los tiempos simples”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, vol. 2, § 44.2.2.3.]

«La gramática clásica tiene una concepción del tiempo lingüístico totalmente determinada por la visión del fenómeno temporal en términos generales. Si se parte de una estructuración en la cual todo se reduce a la existencia de un presente (huidizo por su misma naturaleza), precedido de un pasado y seguido de un futuro, parece lógico esperar que el verbo, clase de palabras a la que se reconoce y atribuye expresión del tiempo, necesite exactamente tres formas para dar cuenta de todas las relaciones esperables. Es claro que el latín y el griego, lenguas sobre las que se forjan las herramientas conceptuales de la gramática clásica, presentaban más de tres formas, lo cual crea evidentes problemas. Para evitarlos, es forzoso recurrir a parámetros adicionales, internos o externos al temporal.

Interno es el de la distancia temporal, que establece subclases y permite, por tanto, hablar de dos o más formas del pasado y del futuro diferenciadas entre sí por el grado de lejanía al presente: un pasado próximo y un pasado remoto, por ejemplo, para citar únicamente una de las diferencias que se han manejado efectivamente, tanto para el latín como para el español.

Cabe también, por supuesto, utilizar

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