Tecnologia Web En La Enseñanza De Lenguas

En el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza y Evaluación, se señala que “Los profesores tienen que tomar decisiones en todo momento respecto a las actividades en el aula” (Ministerio, 2001, p.140), por lo que depende de ellos, en gran medida, que los alumnos comiencen a considerar las nuevas tecnologías como una herramienta para su proceso de enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras. La tecnología educativa tiene ventajas que pueden ser aplicadas en la adquisición de LE y de las que carecen las metodologías presenciales tradicionales, por lo que su incorporación en la educación conlleva cambios a los que se debe adaptar el profesor, a pesar de que eso cause un impacto con sus creencias.

El uso de tecnologías como el Internet implica ventajas en la enseñanza de LE. Entre sus virtudes se encuentran las que están relacionadas con fomentar en el estudiante un sentido de autonomía por su aprendizaje al ofrecerle una gran cantidad de información a la que puede tener acceso, programas didácticos y contacto con el mundo real (Gonzalo y Pérez, 1998; Pomposo, 2000). El contacto con el mundo real está relacionado con la comunicación, simuladores y publicaciones de revistas o periódicos. Los programas didácticos le ofrecen al usuario una opción motivadora para “facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje” (Rodríguez, 2006, p.3) mediante ejercicios con los que puede practicar y recibir retroalimentación. La cantidad de información está vinculada a las bases de datos, catálogos, acceso a bibliotecas virtuales y publicaciones electrónicas. Este conjunto de beneficios está enfocado en incitar la autonomía de aprendizaje del estudiante, haciéndolo responsable e independiente si “observa y evalúa su propio aprendizaje y modifica su estrategia de aprendizaje si es necesario” (Rodríguez, 2006, p.7). Tal autonomía es valiosa, pero, al salirse de los parámetros de la enseñanza tradicional, en la que no se requería el mismo grado de libertad del alumno, pide cambios en el profesor que haya desarrollado su profesión con base en un modelo tradicional.

Actualmente, la mayoría de los profesores tiene una formación desarrollada a partir de un modelo tradicional, en el que se les considera la fuente del conocimiento. Sin embargo, con la inclusión de la tecnología de la educación dentro del aula, ellos pasan a ser un tutor que los guía en la navegación del Internet para encausar la autonomía de su aprendizaje. Al dar este paso, los alumnos toman como fuente de información lo contenido en la red, donde se pueden mover a su propio paso y según sus intereses propios, con lo que se pierde el “control directo del profesor, respetando el estilo y el ritmo propio de aprendizaje” (Rodríguez, 2006, p.2). Esto rompe con su concepción de la didáctica escolar al chocar con las creencias sobre la enseñanza de lenguas.

El uso de las herramientas proveídas por las nuevas tecnologías choca con las creencias de los profesores que se forjaron con

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