Travesuras De La Niña Mala - Mario Vargas LLosa
Enviado por • 23 de Agosto de 2013 • 2.703 Palabras (11 Páginas) • 534 Visitas
Travesuras de la niña mala
Ricardo Somocurcio se fue a vivir al barrio de Lavapiés en Madrid con Marcella, su novia “italiana, veinte años más joven que él, menuda, de cabellos claros, ojos verdes y una piel muy blanca y tersa, con una sonrisa muy alegre”, a quién la había conocido años atrás, en París, en una clínica de Passy donde ella fue a visitar a una amiga recién operada. La idea de que se mudaran a España fue porque Marcella había conseguido trabajar allá, y cuando regresó había quedada muy encantada Y además, en Madrid se podía vivir mucho más barato que en París. Ella había estudiado arquitectura en Roma para dar gusto a sus padres, pero a ella le gustaba ser decoradora de teatro. Sus padres se resintieron por esto y durante unos años estuvieron distanciados. Ricardo nunca entendió porque ella estaba con él, la diferencia de edad era una preocupación para él. Al año y medio a Marcella le había llegado la propuesta de trabajar con Víctor Almeda “un muchacho muy moreno, de cabellos largos y de cuerpo atlético, bailarín y coreógrafo” en la obra Metamorfosis, la que fue un éxito. En una de sus visitas a la obra, Ricardo se encontró a Marcella a los besos con Víctor Almeda, de quien ella se había enamorado y después de que Víctor fuera a hablar con él, Ricardo después de partir con la niña mala le dejo una carta diciéndole que le devolvía su libertad. Se había encontrado a la niña mala cuando el estaba trabajando en su querencia del fondo del Café Barbieri. Ella le había contado que tenía un tumor en la vagina y que este había sido detectado muy tarde y aunque se lo habían extraído, ya no había nada que hacer.
La niña mala y Ricardo se fueron a vivir a su casita de las afueras de Séte, quien se la había comprado el marido de Martine, una vez de que ella le dijo que regresara con su esposa y que volviera con sus hijos. Además, también le dejo unas acciones de Electricidad de Francia que le permitieran vivir sin angustias económicas lo que le quedaba de vida.
Duró 37 días más, durante ese tiempo ella se había comportado como una esposa modelo como se lo había prometido.
Arquímedes, constructor de rompeolas
Ricardo volvió a Lima después de casi veinte años. El tío Ataúlfo le presento a su sobrino, el ingeniero Alberto Lamiel, “un muchacho alto y agringado, atlético, con el pelo cortado casi al rape, muy moreno”.Tenía una novia en Boston con la que se iba a casar dentro de unos meses. Estaba escribiendo un reporte para la revista de su universidad de los rompeolas, su informante era Arquímedes, a quien lo llevo a conocerlo. Fueron al malecón Figueredo de La Punta, frente a la playa de Cantolao, donde estaba Arquímedes “un cholo blanco y misérrimo, esmirriado, con los pelos ralos y revueltos”. Ricardo lo invitó a comer a donde el quiera. Llegó a las doce de nuevo a la playa de Cantalao, para ir al Chim Pum Callao “una fondita de mala muerte, en una de las esquinas del Parque José Gálvez en Chucuito, el lugar que había elegido.
En la conversación, Ricardo se dio cuenta de que la hija de Arquímedes era la niña mala, a la que Arquímedes no quería ver nunca más. Su nombre verdadero era Otilia. Le contaba de que antes se acordaba de su familia, para Fiestas Patrias o su cumpleaños mandaba una carta o un cheque, hasta que él le pedio el pasaje para ir a Francia.Ahí no le respondió nunca más. El no quería que lo mantuviera, el iba a trabajar para después llevar a su familia. Le contó también que desde muy chiquita se avergonzaba de ellos, ella quería ser como los ricos. Había conquistado a la familia donde su madre trabajaba de cocinera, los señores Arenas, la trababan como una niña de la casa, entonces cada día se avergonzaba más de sus padres.
Cuando regresó a la casa de Ataúlfo, después de haber almorzado con Arquímedes, llamó a la niña mala porque la extrañaba pero ella no atendió, ni esa ni las otras veces que el la llamó. Cuando regresó a París, a su departamento de Joseph Granier la niña mala estaba allí, contenta de su regreso y él aliviado de que ella no se hubiera ido.
El niño sin voz
Desde que llegaron a vivir, Simón y Elena Gravoski, al edificio Art déco de la rue Joseph Granier con su hijo Yilal, su hijo adoptado de nueve años se hicieron muy amigos. Simón trabajaba como investigador en el Instituto Pasteur y Elena era médica pediatra en el Hospital Cochin. Yilal era mudo, debido a un trauma de su infancia, había nacido en Vietnam. Elena y Simón lo habían adoptado cuando el tenía 4 o 5 años a través de Caritas.
Al regreso de uno de sus viajes de trabajo, a Bruselas, Yilal le escribió en su pizarrón que había llamado la niña mala cuando el estaba de viaje. Era la cuarta vez que lo llamaba, en el par de años desde aquel episodio en Japón. Entonces llegó la curiosidad si Yilal había hablado con la niña mala. Después de dos meses y medio de esa llamada, llamó otra vez, ella quería hablar con él, entonces Ricardo la citó para dos días después, a la salida de la Unesco, a las seis de la tarde, en La Rhumerie, de Saint Germaindes-Prés, un bar. Ella le contó que Fukuda la despidió, hace más de un año y que estuvo presa en Lagos, un par de meses y que los hombres de Nigeria la habían contagiado el sida por eso se vino a París. Ella estaba enferma, saltaba a la vista, sus ojeras su palidez, Elena arregló para que la llevará al Hospital Cochin, en donde le hicieron exámenes. El profesor Bourrichon le dio a conocer los resultados de algunos análisis, el sida estaba descartado padecía de desnutrición extrema y un estado de agudo abatimiento depresivo, de pérdida del impulso vital. Requería un tratamiento psicólogico. El doctor le sugerió una pequeña clínica privada, en Petit Clamart, no muy lejos de París. El doctor Zilacxy “amigo y compañero del doctor Bourrichon, psicólogo y psiquiatra prestigioso”. Yilal empieza a hablar cuando juega a las damas con la niña mala. Ricardo decide darles la sorpresa a sus vecinos y hace hablar a Yilal delante de ellos, los padres se emocionaron mucho.
La clínica era un lugar relajado donde la niña mala iba a quedar internada durante 30 días. Él se endeuda para pagarle la internación.
Después de un mes ella ya estaba bien físicamente, y vuelve a vivir con Ricardo, que es citado por el doctor Zilacxy, y le informa que el problema era mental, que su organismo lo había recuperado bastante, y que lo de la violación en África era mentira, Las heridas que tenía la niña mala era por practicas sexuales sádicas. Le cuentan también que Fukuda la sometía a toda clase de vejaciones por diversión, por eso sentía ataques de pánico.
Vivieron juntos meses donde ella hizo el papel de esposa.
Cuando
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