Un Grito Deseperado
Enviado por Johana0203 • 3 de Septiembre de 2014 • 16.775 Palabras (68 Páginas) • 250 Visitas
UN GRITO DESESPERADO
Derechos reservados:
© 1992 Carlos Cuahutémoc Sánchez.
© 1994 Ediciones Selectas Diamante, S. A. de C V.
Libros que transforman vidas.
Convento de San Bernardo No. 7
Jardines de Santa Mónica, Tlalnepantla, Estado de México,
C.P. 54050, Ciudad de México.
Tels. y fax: (01-5) 3-97-79-67, 3-97-31-32, 3-97-60-20, 3-97-59-21
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International Standard Book Number.
ISBN 968-7277-00-9 (Rústica)
ISBN 968-7277-03-3 (Tela)
Queda prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio incluyendo el fotocopiado, así como la realización de material basado en el argumento de esta obra sin la autorización expresa del editor.
IMPORTANTE:
En la portada de todos los libros "Un grito desesperado", impresos a partir de julio de 1995, debe estar el holograma de autenticidad, dorado, tridimensional, con la figura de un diamante, exclusivo de los libros originales. Si este volumen u otro no lo tiene, favor de dar aviso a la P. G. R. o a Ediciones Selectas Diamante, reportando el lugar en donde lo adquirió.
IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MÉXICO
Portada: "The cry". Edward Munch, Nasjonalgalleriet, Oslo, Noruega (1893).
Esta obra se terminó de imprimir en febrero de 1999.
En los talleres de Imprentar, S.A. de C.V.
La edición consta de 50,000 ejemplares.
CONTENIDO
Cap. 1 La metamorfosis............... 11
Cap. 2 El robo del portafolios............ 19
Cap. 3 Documentos excepcionales........ 27
Cap. 4 Asalto a la escuela.............. 37
Cap. 5 Tres pasos para la superación plena..... 45
Cap. 6 Alboroto en el aula.............. 53
Cap. 7 La escala de gente prioritaria ........ 61
Cap. 8 El sistema emocional............ 71
Cap. 9 Abrazo fraternal............... 81
Cap. 10 Sólo cinco leyes............... 89
Cap. 11 Ley de ejemplaridad............. 99
Cap. 12 Ley del amor incondicional ......... 109
Cap. 13 Ley de las normas de disciplina....... 119
Cap. 14 Las normas de la familia Yolza........ 131
Cap. 15 Ley de comunicación profunda....... 139
Cap. 16 un grito desesperado............ 149
Cap. 17 Reencuentro................. 161
Cap. 18 Ley del desarrollo espiritual......... 171
Cap. 19 Prólogo en el epílogo............ 183
Introducción...................... 187
Con amor incondicional, dedico este libro
a las tres mujeres que me dan la motiva¬ción
para escribir y la inspiración para vivir:
IVOHNE
SHECC1D
SAHIAN
1
LA METAMORFOSIS
Amor:
He dado vueltas en la cama intentando abandonar la vigilia inútilmente. Hace unos minutos salí a rastras de entre las cobijas buscando pluma y papel. Escribirte es el último recurso que me queda en esta fiera lucha por controlar mi torbellino mental.
Ignoro a qué me dedicaré mañana, ni si tú seguirás siendo profesora, ni si tendremos el ánimo para continuar viviendo aquí, ni si alguna vez recuperaré la confianza en la gente como para volver a dar un consejo de amor. Lo único que sé es que mañana, cuando amanezca, no podré volver a ser el mismo...
Ésta es la primera noche que pasamos en casa después de la tragedia. Es el punto final de una historia escrita en tres días de angustia, incertidumbre y llanto.
Sé que tú fuiste la protagonista principal del drama, pero ¿te gustaría saber cómo se vio el espectáculo desde mi bu¬taca?
Estaba impartiendo una conferencia de "relaciones huma¬nas " cuando fui interrumpido por la secretaria.
—Licenciado —profirió antes de que me hubiese acercado lo suficiente a ella como para que los asistentes al curso no escucharan—. ¡Su esposa! ¡Acaban de hablar del Hospital Metropolitano! Tuvo un accidente en el trabajo.
—¿Cómo? —pregunté azorado—. ¿No será una broma?
—No lo creo señor Yolza. Llamó una compañera de ella.
12 CARLOS CUAUHTÉMOC SÁNCHEZ
Me dijo que un alumno la atacó y que es urgente que usted
vaya...
Salí de la sala como centella sin despedirme de mis
oyentes.
Subí al automóvil con movimientos torpes e inicié el precipitado viaje hacia el hospital. No vi al taxista con el que estuve a punto de chocar en un crucero, ni al autobús que se detuvo escandalosamente a unos milímetros de mi portezuela cuando efectué una maniobra prohibida.
¿Cómo era posible que un alumno te hubiese atacado? ¿No se suponía que eras profesora en uno de los mejores institu¬tos?
Estacioné el automóvil en doble fila, bajé atolondrada¬mente y corrí hacia la recepción del sanatorio.
Reconocí de inmediato a tres empleadas de tu escuela sentadas en las butacas de espera. Al verme llegar se pusieron de pie.
—Fue un accidente —dijo una de ellas apresuradamente, como para eximir responsabilidades.
—El joven que la golpeó ya fue expulsado —aclaró otra.
—¿La golpeó? ¿En dónde la golpeó?
Las profesoras se quedaron mudas sin atreverse a darme la información completa.
—En
...