Un calido dia de invierno

                                        un calido dia de invierno

Un domingo, cuando el reloj marcaba las 6:00 de la mañana me despedía de mi encantadora e integra progenitora para abrirme paso a una travesía en conjunto del alumnado del primer ciclo de enfermería dentro de nuestro distrito de San Juan De Lurigancho con el fin de percibir una historia ancestral que se desconoce casi en la pluralidad de habitantes.

El punto de partida fue  en nuestra casa de estudios la Universidad María Auxiliadora, ya en el lugar acordado me sentía iracunda pues se reflejaba la impuntualidad de algunos de mis compañeros de aula posponiendo por esta razón la hora de partida acordada.

Después de una larga espera sentí el motor del bus crujir había llegado el momento de dar marcha al primer destino “Huaca Canto Chico, Sector kawanchi” el recibimiento anecdótico con el que nos dimos al observar el lugar por las ventanas del medio en el que se nos transportaba fue visualizar a lo lejos a una persona probablemente habitante de este sector con una apariencia  notable del estado etílico en el que se encontraba dar rienda suelta a sus necesidades fisiológicas pues realizo un extraño dibujo en las huacas con un líquido amarillo proveniente del sujeto en mención  causando la burla de algunos como también la preocupación de otros al darnos cuenta que esta ciudadela añeja de los habitantes  “Ruricanchos” estaba siendo olvidada y poco preservada como patrimonio cultural.  [pic 1]

Iba analizando el lugar y a su vez escuchando al antropólogo que con solemne orgullo narraba todo pasado ignorado u olvidado por el ser humano, cada palabra tocaba lo mas profundo de mi ser y llenaba de nostalgia mi pecho al percatarme lo cruel y egoístas que habíamos sido todo este lapsus de tiempo.[pic 2]

El segundo destino programado en esta aventura era “Las Lomas El Mirador” aquel lugar tan verde que me transportaba a mi infancia en Tingo María, escuche decir que tal paisaje solo se podía observar en temporadas inviérnales lo que me causaba intriga y admiración  hacia la madre naturaleza, como olvidar ese día, hermoso día en aquel lugar donde el cielo parecía sollozar, donde podía sentir en lo alto las nubes como una almohada de plumas, donde el viento soplaba y enfriaba03333. mis mejillas, cada paso que di por casi mas de dos horas había valido la pena al llegar a la cima no sabía si el cielo se había caído o yo me había elevado hasta el, ver la neblina que acariciaba mi piel fue un acto espectacular, no podía dejar atrás ese  lugar atrás pero aun

Habían pasado las horas y el deseo de me se apoderaba de mi

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