Un diagnóstico ajustado de la intervención educativa
Enviado por ErickTamayo • 2 de Octubre de 2012 • 6.763 Palabras (28 Páginas) • 787 Visitas
DOCUMENTAR LA REALIDAD:
Un diagnóstico ajustado de la intervención educativa
Antonio Bolívar (Universidad de Granada)
Introducción
En el título asignado, amablemente, por el coordinador del Seminario, se dice un diagnóstico “ajustado” de la intervención educativa. La cuestión es ¿“ajustado” a qué?. Porque “ajustar” es poner en concordancia dos cosas: acción y norma que decía Aranguren de la moral, o -en nuestro caso- la imagen o informe realizado con lo que sucede en la realidad. Ahora bien, como veremos, “lo que sucede en la realidad” se puede considerar que es una “realidad dada”, fija o natural, que puede ser “fotografiada”; o -por el contrario- que es una construcción social, en cualquier caso, en desarrollo o proceso dinámico, no dada, sino algo a consensuar o construir. En este sentido, un mismo instrumento (por ejemplo, un cuestionario) puede así adquirir distintos significados y usos: reflejar la realidad, o ser un dispositivo o excusa (survey-feedback) para que los implicados construyan su propia imagen de la realidad. En cualquier caso, en uno y otro enfoque, se defiende que es preciso, en efecto, un diagnóstico “válido” (con una adecuada recogida de datos y análisis posterior), si es que queremos que sea la base de unos planes e intervenciones educativas apropiadas. Esta “validez” puede ser juzgada por su efectividad a posteriori, viendo si el diagnóstico ha servido para mejorar la realidad organizativa y situar debidamente los problemas y caminos de su resolución.
En segundo lugar, en casi todos los centros hay procesos de autoevaluación informales, de manera espontánea, ligados a acontecimientos particulares. Como tales son poco sistemáticos, basados en opiniones, sin suponer un proceso de recogida de información (cuantitativa o cualitativa), como base fundamentada para formular juicios acertados. Aquí queremos, por el contrario, hablar del diagnóstico como un proceso entroncado con procesos de mejora, tomándolo como un dispositivo de innovación planificada (Gather Thurler, 2001), que requiere analizar los logros y problemas, apoyados en informaciones que puedan proporcionar juicios pertinentes. No se documenta la realidad por entretenimiento, sino inmersa dentro de un costoso proceso, que reconvierta la escuela en una institución capaz de resolver sus problemas, lo que requiere su detección.
Dentro de la orientación general del Curso (la calidad entendida como confluencia de la eficacia y la mejora interna ), se situará la necesidad de documentar la realidad mediante el diagnóstico como “evaluación institucional”, que -para nosotros- incluye tanto la evaluación externa de resultados (eficacia) como la autorrevisión basada en el centro (mejora). Ambas perspectivas, como explicaremos, responden a dos concepciones de los centros escolares: organizaciones formales, o comunidades construidas socialmente. Aunque se primará una concepción y práctica del diagnóstico dentro de la autoevaluación para mejora interna (Bolívar, 1994); se apoyará la conjunción de ésta con el diagnóstico más objetivo de indicadores de eficacia (Nevo, 1997).
El diagnóstico organizativo en los procesos de mejora
Se ha considerado que cualquier proceso de mejora debe tener, como punto de partida, un “diagnóstico” de la organización (en términos anglosajones “diagnóstico organizacional”), hasta el punto que un buen tratado sobre el tema (Harrison y Shiron, 1999) comienza afirmando que “gran parte de los fracasos en los esfuerzos de cambio se debe a que los gestores y asesores han fracasado en diagnosticar las necesidades y en examinar los caminos realizables de cambio”. En su origen, aplicado a las organizaciones, fue el Desarrollo Organizativo el que situó como dispositivo clave de mejora el diagnóstico. Desde entonces, todos los movimientos posteriores (el propio movimiento de “mejora de la escuela”, aprendizaje organizativo o la gestión de calidad por planes de mejora) lo sitúan como primer paso. Incluso los Planes Anuales de Mejora del MEC, herederos de esta tradición, lo recogían como punto clave de partida del plan de mejora. Y es que una escuela que aprende, en efecto, ha llegado a tener integrado en su funcionamiento procesos de diagnóstico (Bolívar, 2000).
No obstante, el Desarrollo Organizativo, como es sabido, ha tenido en el tiempo varias reformulaciones. Desde aplicar modelos y métodos de las ciencias de la conducta para examinar el estado actual de una organización y ayudar a los clientes a resolver su efectividad, a su aplicación a los centros escolares, abandonando el conductismo inicial. Así, por tomar a uno de los clásicos del DO, Richard Beckhard (1973) define al Desarrollo Organizativo como un esfuerzo de cambio planificado que implica un diagnóstico y el desarrollo de un plan para la mejora progresiva de la Organización. Este esfuerzo abarca toda la organización, ya que la idea es trabajar como un ente completo y relativamente autónomo que pueda determinar sus planes y su futuro. El diagnóstico, como primera fase en el DO, según Beckhard, supone examinar y observar dos áreas generales:
(a) Diagnóstico de los subsistemas que componen el sistema organizacional total (diferentes departamentos o grupos); y
(b) Diagnóstico de los procesos organizativos que están efectuándose (comunicaciones, estilos, manejo de conflictos, métodos de planificación)
Como, en su momento, haciéndose eco del DO aplicado al desarrollo y mejora de la escuela, señalaba María Teresa González (1992), “representa un momento en el que la escuela y sus miembros, se implican en un proceso de explorar reflexiva y colaborativamente donde se está, por qué, valorar la situación y determinar hacia dónde ir de cara a mejorar la vida organizativa y pedagógica del centro”. En efecto, se trata de “chequear”, con un cierto grado de sistematicidad, la propia situación (el “estado de salud” de la organización, se decía en el DO), como base de partida inicial de un proceso de mejora. Desde un punto de vista por el que nos vamos a mover preferentemente, Saxl, Miles y Lieberman (1989: 2-4) dicen:
“El diagnóstico organizativo se refiere al proceso de analizar un determinado contexto organizativo y a formarse una imagen válida de sus necesidades y problemas como base para la acción”.
Al igual que la evaluación de centros en general, el diagnóstico -como señala Joan Mateo (2000: 162)- ha de atender “dos perspectivas básicas: (a) Una descripción evaluadora de la situación y de los resultados actuales, dentro de la tensión entre los objetivos y las condiciones y circunstancias
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