Un mundo mejor para Violeta - Crónica

Un mundo mejor para Violeta

Se han escuchado muchas historias sobre los embarazos infantiles, los mismos que en muchos casos son el resultado de actos sexualmente violentos perpetrados por parientes o amigos cercanos al infante. Dentro de este contexto nacen las niñas invisibles, que a sus no más de 12 o 13 años han tenido varios embarazos sin ninguna constancia de parto en ningún lugar ¿por qué pasa esto y a dónde van estos niños?

Hace unos años llego a mi vida una joven llamada Violeta, ella trabajaba como empleada de una amiga cercana a la familia. Desde el primer momento que tuve una conversación con ella nos hicimos muy cercanas, en el poco tiempo que llevaba conociéndola me pareció una persona muy amable, sin embargo, podías notar que traía mucha carga del pasado. En muchas de las conversaciones que tuvimos ella pudo contarme algunas historias sobre su vida, por ejemplo, como se le privo de aprender sobre las cosas importantes o que apenas pudo escapar de su casa a los 18 años, pero la historia que más me impacto fue la de las niñas invisibles.

Violeta empieza a hablar sobre las niñas invisibles, niñas de no más de 13 años que nadie ve y que muchas veces atraviesan situaciones horribles, ella es una de esas niñas. Violeta ha estado embarazada desde sus 12 años, sin embargo, nunca le dejaron conservar a su hijo ya que era la evidencia del acto que se había cometido en contra de ella, la persona que perpetraba el abuso era un tío cercano a su familia, nos cuenta que su mamá y su papá sabían de esto, pero, ya que su tío les ayudaba económicamente, no podía hacer nada.

Ella dice que tuvo alrededor de 5 embarazos, los cuales fueron atendidos por el centro de salud más cercano a su casa. Al contarme esta historia, a Violeta se le escapa una lágrima por su mejilla seguida de un llanto resonante recordando los hechos tan deplorables que vivió, “no fueron tiempos fáciles para mí por qué no entendía por qué me pasaba esto, por qué me hacían tanto daño y sobre todo por qué mis papás no hacían nada”. Su madre sabía sobre la situación de Violeta, y ella dice que las únicas palabras de consuelo que recibía de su familia eran “debes hacer este sacrificio por la familia, hay que agradecer que tu tío nos da dinero para comer y mantenernos, peores cosas le han tocado hacer a uno… tú tienes suerte”.

A pesar de esto, en su primer embarazo Violeta siempre tuvo la esperanza de que esta situación tan fatídica termine y pueda volver a la normalidad, ahora con un hijo que criar. Ella me cuenta que rompió fuente y estaba asustada pero emocionada hasta que le llego la amarga sorpresa de que su hijo no se iba a quedar con ella, nunca firmo un acta de nacimiento mucho menos ningún papeleo. Ella cuenta que fue como ir a un control, “entro, dio a luz y por las mismas salió”.

Esta historia se repitió 4 veces más, ella no tenía ni voz ni voto dentro de sus decisiones y menos tenía la certeza de poder tomar las riendas de su vida. Los actos violentos por parte de su tío eran una historia de todos los días y ella no podía hacer nada. Violeta me cuenta que siempre espero cumplir sus 18 años y poder escaparse de casa, lo planeo muy bien, tomo el dinero que su tío les daba del delantal de su madre y salió a medianoche corriendo por el campo, lo más rápido que podía ya que el miedo de que alguien la atrape era más fuerte que cualquier cosa, y ese era su mayor impulso para correr con todas sus fuerzas.

...