Una práctica letrada

Una práctica letrada es el uso particular de la lectura y la escritura dentro de un espacio social donde se interrelacionan las identidades del lector y escritor, la estructura del texto y las estructuras del poder que las enmarcan. Según Cassany (2008), una práctica letrada “incluye al texto escrito, con su estructura, funciones y retórica, al autor y al lector y a sus identidades respectivas, con su estatus social, su imagen y sus ideologías, a las instituciones a las que pertenece cada uno, con sus valores, reglas, estructuras de poder e imagen social, etc.” (pp. 36-37).

Al conjunto organizado de prácticas de lectura y escritura en diferentes ámbitos se le denomina comunidad letrada. Estos usos articulan el vivir diario de sus individuos en diferentes espacios como el familiar, el profesional, el educativo, etc. Así, por ejemplo, en el transcurso del día una persona puede utilizar varias prácticas letradas como leer artículos periodísticos, escribir un correo electrónico, enviar un mensaje de texto o redactar una monografía.

2. CLASES DE PRÁCTICAS LETRADAS

Las prácticas letradas pueden ser agrupadas en dos grandes tipos: las prácticas vernáculas y las prácticas dominantes. Las primeras se caracterizan porque pertenecen al ámbito privado, son informales y carecen de normas; las segundas, porque pertenecen a lo público, lo formal y están reguladas por normas ortográficas, textuales, etc. Así lo manifiesta Cassany:

Lo vernáculo pertenece al ámbito privado, a la vida cotidiana y a la informalidad; depende de las relaciones y los intereses personales y carece de normas. En ese sentido, se opone a lo oficial o dominante (a las prácticas letradas dominantes) que es público y formal, pertenece a la vida social (profesional, administrativa, política) y está regulado por normas estrictas (ortografía, formato, registro, estructura, etcétera). (Cassany, 2008, p. 40)

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