Vargas Llosa Y El Error De La Izquierda
Enviado por fernoble • 4 de Junio de 2014 • 1.245 Palabras (5 Páginas) • 186 Visitas
Vargas Llosa y el error de la izquierda
Javier Cercas
Ahora que han pasado unos días desde la concesión del Nobel a Mario Vargas Llosa, ya podemos decir lo obvio: el premio tiene la importancia que tiene, pero nada más. Nada más, claro está, para la obra de Vargas Llosa, a la que ni quita ni añade una coma, no quizá para sus lectores ni para la Academia Sueca, que a juicio de muchos lo necesitaba con urgencia: al fin y al cabo, desde el punto de vista estrictamente literario este premio sólo es, como ha dicho Rodrigo Fresán, un retorno a la cordura.
Así que, aunque el Nobel no cambie en nada lo esencial, al menos hay que celebrar ese retorno; un retorno que, además, ha provocado interesantes efectos secundarios. Por ejemplo, la alegría indisimulable de los lectores corrientes de Vargas Llosa, muchos de los cuales parecían recién salidos del armario tras un largo encierro: de hecho, a ratos daba la impresión de que a todos les hubieran dado el premio, y de que para ellos sí era importante. No es algo tan frecuente, desde luego; no es algo que yo notara, por ejemplo, cuando se le concedió el Nobel a Cela, cosa que puede deberse sólo a que los méritos literarios de Cela no son equiparables a los de Vargas Llosa, y no necesariamente a que esos lectores sintieran que Cela era un hombre opuesto a Vargas Llosa en casi todo, pero sobre todo en esto: aunque casi siempre pareció nadar contra la corriente, Cela siempre o casi siempre nadó a favor de la corriente. Ese es otro de los efectos secundarios que ha tenido el premio: ha mostrado de nuevo que, aunque a algunos les parezca que nada a favor de la corriente, Vargas Llosa siempre o casi siempre ha nadado contra la corriente.
Uno de los comentarios que más hemos leído hasta estos días en los periódicos a propósito del nuevo Nobel ha sido el siguiente: "Admiro sus obras, pero no siempre comparto sus ideas". Dicha así, la frase es extraña, o a mí me lo parece: si ni siquiera comparto siempre mis propias ideas, ¿cómo voy a compartir siempre las de otra persona? Pero en el fondo todos sabemos que la salvedad alude a algo distinto: al hecho de que Vargas Llosa es considerado, en tanto que intelectual -es decir, en tanto que escritor que interviene con sus escritos en la cosa pública-, un conservador, un hombre de derecha, si no un reaccionario o un autoritario. La prueba es que los matices a su premio siempre los ha puesto la izquierda, mientras que la derecha lo ha recibido como un premio a uno de los suyos; mejor prueba aún es el hecho de que esa reputación es la causa más probable de que la Academia Sueca sólo le haya dado este año un premio que merecía desde hace 30.
Pues bien, lo que habría que decir de entrada sobre este asunto es que, sea o no un intelectual de derecha, Vargas Llosa es un intelectual singular. Primero, porque siempre ha servido a las causas que defiende y nunca se ha servido de ellas. Segundo, porque siempre está dispuesto a contrastar sus ideas con la realidad y, si la realidad lo exige, a rectificarlas. Tercero, porque en su evolución política desde las simpatías revolucionarias de su juventud hasta el liberalismo actual hay una coherencia profunda, como comprobará quien se dé el gusto de leer los volúmenes sucesivos de Contra viento y marea , donde entre otras cosas hallará una descripción razonada de esa trayectoria y, por ahí, un instrumento indispensable para entender la vida intelectual de los últimos años. Y cuarto -esto es un corolario de lo anterior y quizá también lo más importante-, por una cuestión, digamos, de estilo. Como pensador, como polemista, Vargas Llosa es un
...