Amor en la Literatura Antigua & Medieval
Enviado por SERGIO HENRIQUEZ HERRERA • 15 de Octubre de 2024 • Ensayo • 1.272 Palabras (6 Páginas) • 29 Visitas
Curso: Amor en la Literatura Antigua & Medieval[pic 1]
Solemne I
Sergio Henríquez Herrera
Analice y comente la sección del Simposio Platón que estudiamos en la última clase, páginas 200-212, agregando breves citas y referencias a pasajes específicos. Comentar en base a lo explicado en clase y a la bibliografía secundaria (libro de Lewis, Los 4 amores, sobre todo los capítulos sobre afecto, amistad y eros). Agregue comparaciones y referencias a las otras partes del Simposio y a la Ilíada. Pueden agregarse libremente citas o menciones de otros libros, con sus respectivas referencias. (Lo que se utilice sin referencia será considerado plagio. Semejanzas estrechas entre diferentes pruebas también serán consideradas plagio).
Las citas deben ser múltiples y breves, y transcritas a formato Word: NO PÁGINAS ESCANEADAS.
Citar Platón según la paginación estándar que aparece al margen lateral del libro impreso: página y letra (ejemplo: 202c)
Citar Ilíada indicando libro y número de verso (ejemplo: Il. XXIV,224-225), NO EL NÚMERO DE PÁGINA DE LA EDICIÓN IMPRESA.
Extensión: 1100-1200 palabras incluidas las citas.
Iniciando, Sócrates muestra su perspectiva del amor de una forma bastante interesante, ya que no es su propia perspectiva de lo que él piensa, sino más bien, es lo que aprendió de una sacerdotisa, una mujer de Mantinea, que tiene por nombre “Diótima”, quien le generó una visión más filosófica, por así decirlo, de lo que significa el amor, ya que, según tal sacerdotisa, el amor no es un dios, sino más bien es un ser intermedio entre los dioses y los hombres que busca lo que no tiene (demon), tal como la belleza y hasta la inmortalidad. Ella dice: “Interpreta y comunica a los dioses las cosas de los hombres y a los hombres las de los dioses, suplicas y sacrificios de los unos y de los otros órdenes y recompensas por los sacrificios.” (Platón, Simposio, 1988, p. 203a). Haciendo referencia al poder que tiene el demon, por lo que se puede notar, este actúa como un mediador que comunica y conecta lo que es divino con el lado mortal, por lo que concluyo que es una unión entre dos realidades distintas, un puente que conecta al hombre con una fuerza mucho más grande que el mismo, por lo que el amor para Diótima no es algo solamente físico, sino también algo eterno y espiritual.
Es aquí donde no puedo evitar relacionar lo dicho por la sacerdotisa con la relación que se dio entre Aquiles y Patroclo en La Ilíada, aunque esta no se describe explícitamente como una relación romántica, se puede notar que existió una conexión que va mucho más allá de una simple amistad. En el sentido que Diótima describe el amor como un demon, interpreto el amor de Aquiles por Patroclo no solo como una pasión que existe terrenalmente, sino como un amor que bien dice la sacerdotisa, conecta lo mortal con lo divino, lo temporal con lo eterno; por lo que la relación entre estos personajes trasciende lo físico basándose en un compañerismo que, se sabe, lleva a Aquiles a sacrificar su bienestar y su propio destino por el dolor que le genera la perdida de Patroclo, ejemplificando cómo el amor puede ser un puente entre lo terrenal y lo eterno, así mismo Diótima menciona que un amor busca lo que le falta, entonces es posible comprender que Aquiles luego de la muerte de Patroclo está incompleto, no le encuentra sentido a su vida sin su compañero y es por esto que el vacío que siente lo lleva a buscar la justicia en conjunto con la venganza sabiendo como termina su propia historia, como se menciona en la cita a continuación: “Mi alma no quiere que viva ni quedarme ya más con los hombres en tanto mi lanza no concluya la vida de Héctor, y así haya pagado el haber dado muerte a Patroclo.” (Il, XVIII, 90 - 94 ss.). Relacionando estas palabras de Aquiles con la idea de amor presentada por Diótima, se interpreta como una idea, un amor que impulsa a Aquiles a trascender su propia vida, buscando la eternidad mediante el acto heroico de vengar la muerte de Patroclo, desafiando así su destino.
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