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Crítica de la Economía Política, Marx


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2020  •  Ensayo  •  868 Palabras (4 Páginas)  •  153 Visitas

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En el Prólogo a la Contribución  a la Crítica de la Economía Política, Marx, se refiere en una primera instancia a las relaciones de producción. Señala que la vida humana, se va construyendo a través del tiempo, y se construye  mediante relaciones sociales, por lo tanto el ser humano es un ser social., “…en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales” (Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política, C. Marx, pág. 2), podemos señalar que el hombre es un producto de la naturaleza y por ende, también, de la sociedad, pues el hombre se va  haciendo en la medida que va realizando una actividad productiva dentro de la sociedad. La única naturaleza humana, es en realidad, el conjunto de relaciones sociales. Mientras el hombre se va desarrollando surgen, tanto, de manera inevitable como necesaria unas relaciones de producción, que el individuo no pueden elegir, estas relaciones se van dando a medida que nos vamos insertando en la sociedad, como por ejemplo, la relación trabajadores y dueños, entre trabajadores y máquinas, entre compañeros y/o colegas, etc.                      Cuando un obrero o trabajador realiza un trabajo, lo hace para transformar  la materia prima es productos que puedan entrar en el mercado para su venta  y su compra. De ahí que el trabajo constituye la esencia del hombre.  “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general” (Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política, C. Marx, pág. 2). De esta frase,  podemos discernir que la manera o forma de producir algo, el cómo llegamos a obtener un producto terminado, determina las formas de pensamiento y la forma de participar en la vida social, por lo tanto, se vive según  lo que logramos producir y a partir de esta experiencia, sea buena o mala, nos guste o no, determinamos nuestros pensamientos, determinamos la forma en la que vemos la vida. Por lo anterior, la conciencia social suele ser (sobre todo en la sociedad burguesa capitalista) simples justificaciones de la razón, de una situación de injusticia social.                                                                                           Siguiendo con el mismo tema, el trabajo del obrero, es un trabajo sacrificado, pues, en el sistema capitalista, el obrero entre más ganancias produzca, su trabajo se verá incrementado y esto nos llevará a que entre más produzca menos se pertenecerá así mismo, sacrifica su tiempo. Lo importante en este sistema es que no se valorizan los hombres sino que las cosas, la mano de obra es visto como un objeto, como un número más, por lo que el trabajo es cosificado, convirtiendo al hombre en una mercadería. Esta objetivación del trabajo se hace visible como poder, por lo tanto se enajena; al obrero se le despoja de todo, del resultado de su trabajo, de su vida, trabajando más no puede más que empobrecerse, entre mas trabaja, mas se enajena, ya que todo lo que produce no le pertenece. “La enajenación del trabajador en su producto no sólo significa que su trabajo se convierte en un objeto, asume una existencia externa, sino que existe independientemente, fuera de él mismo y ajeno a él y que se opone a él como un poder autónomo” (Marx y su concepto del hombre, Erich Fromm, pág. 106).                               El trabajo enajenado separa al hombre de la naturaleza. Lo enajena de sí mismo, de su ser, es decir, como el trabajo, es lo que nos hace humanos y este es enajenado, dejamos de ser humanos. Es enajenante cuando el trabajo sólo se transforma en medio de vida y no en la vida misma.  “La enajenación humana y, sobre todo, la relación del hombre consigo mismo, se realiza y se expresa primero en la relación entre cada hombre y los demás hombres. Así, en la relación del trabajo enajenado cada hombre considera a los demás hombres según las normas y las relaciones en las que se encuentran colocado como trabajador”  (Marx y su concepto del hombre, Erich Fromm, pág. 113).  El trabajo enajenado le pertenece a otro hombre, el cual goza del trabajo que otro hace forzadamente o no libremente.  Es una relación obrero y patrón.                                                                                

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