Del método Sofista al filosófico

Del método Sofista a el método Filosófico 

Juan Mauricio Monsalve Sierra

Mejorar individualmente, a nivel grupal, en el área y en contraste que me ha gustado de lo empleado en clase.

Es algo que contiene poca lógica; para poder mejorar a nivel grupal, primero deben mejorar todos los integrantes de  dicho grupo y cuando eso suceda, ajustándose a la realidad, será el fin del mundo; del mundo no, si no de todo lo que conocemos.

Asumiendo que “todo lo que conocemos” es una persona que es un “Todo” un ser completo y dotado de uso de razón aunque la verdad muchos son “Simios lampiños” de los cuales Darwin sacó la teoría de la evolución. Pero con capacidad cognitiva innata.

He ahí, cómo se debe mejorar a nivel individual para hacerlo a nivel grupal, como se debe salir de ese domo el cual, al igual que las rocas en los ríos, bloquean los pensamientos (el agua). Se debe concientizar a personas tales como X, Y y Z que son capaces, que son humanos y no “Simios de la evolución”

Si se reflexiona lo anteriormente descrito se puede evidenciar que aquel escritor debe dejar las comparaciones personales, pues nadie nunca será igual a otra persona. Siempre habrá diferencia, quizás lo que aquella persona quiere es un ambiente menos escandalizado, que cada persona crezca cognitivamente y cuando ese objetivo se logre, mejor no tanto a nivel del área, sino del cómo enseñar.

Tal como lo expresa Araceli de Tezanos:

La escuela hoy está inscrita en una demanda permanente de cambio, de adaptación, de respuestas a la complejidad del mundo contemporáneo. Y es a los maestros a los que se apela e interroga de manera permanente sobre la legitimidad de su oficio. Cuando, históricamente los cambios que se generan en las prácticas pedagógicas de los docentes responden fundamentalmente a los contextos socio-económico-culturales donde ejercen el oficio de enseñar, que marcan las condiciones y característica de sus alumnos y, en consecuencia, generan las demandas al oficio de enseñar. (De Tezanos, 2007, p. 22)

Además existen  diferentes problemáticas y están sujetas a la  tradicionalidad de los centro educativos; en otras palabras:

“Se le reprochaba  el ser verbalista, abstracta, alejada de la vida, ignorante de la verdadera naturaleza  del niño; escuela pasiva  para el escolar, olvidada de sus intereses; institución educativa despreocupada por inculcar el sentimiento de responsabilidad  social fundada sobre la autoridad opresiva del maestro.” (Guichot, 2002, p. 9)

Se debe concientizar al grupo, al cual se pretende guiar a un posible “mejoramiento académico conjunto para la producción de ideas y saberes complementarios” según lo que se manifestará:

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