EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO Víctor Emil Frankl

EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO

En los años 40 en el corazón de Europa se originó la segunda guerra mundial encabezada por Adolfo Hitler, que dio lugar al genocidio aproximadamente seis mil millones de personas, entre los cuales encabezaban los judíos, opositores políticos, gitanos, y homosexuales. Los cuales fueros desplazados hacia los campos de concentración y sometidos a ser asesinados en cámaras de gas o a realizar trabajos forzados bajo condiciones de hambre, fatiga y enfermedad, que posteriormente les ocasionaba la muerte. La finalidad de esto era el exterminio de la gente que no era de raza pura.

Víctor Emil Frankl, de orígenes judíos nació el 26 de marzo de 1905 en Viena, ciudad de Europa, estudió medicina en la universidad de Viena y se especializo en neurología y psiquiatría. Sobrevivió en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau, a partir de esa experiencia, escribió el libro “El hombre en busca del sentido” donde expone las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento.        

Muchos de los decesos son narrados desde sus experiencias personales, las atrocidades que día a día se veían en los campos de concentración, desde su internamiento hasta su probable liberación.

 La primera fase constaba en despojar a todos los prisioneros de sus pertenencias y trasladarlos Auschwitz, ahí eran seleccionados a la izquierda o hacia la derecha, donde la derecha significaba trabajos forzados, mientras que la dirección contraria era para los enfermos e incapaces de trabajar, a quienes enviaban a otro campo o directamente hacia las cámaras de gas. Viajó aproximadamente con 1500 personas, amontonados, por alrededor de 3  días, hacia un infierno que inevitablemente les tocaría vivir, y del que algunos pocos saldrían, creyendo que serían trasladados hacia una fábrica para la elaboración de municiones, pero la realidad ya era otra. Al llegar a Auschwitz sus primeras reacciones y pensamientos tales como el que les cruzara por la mente suicidarse tirándose a la alambrada electrificada.

La segunda fase en el campo, era una fase de apatía en la que llegaba una especie de muerte emocional, el esfuerzo de tener que salvarse llevaba a un abandono total de los sentimientos en los prisioneros, aparte de las emociones ya descritas, el prisionero recién llegado experimentaba las torturas de otras emociones más dolorosas. La primera de todas era la añoranza sin límites de su casa y su familia. El humor siempre fue algo inevitable además recibían premios y aplausos. La vida o la muerte no tenían significado, estaban a merced de los guardias, no importaba cual fuese la identidad de cada quien ya que no eran nadie, cada uno era degradado a un número, físicamente se enfrentaban a condiciones infrahumanas, además sufrían de un complejo de inferioridad generado por los sentimientos de que antes fueron alguien y ahora no. El disgusto hacía su aparición contantemente debido a que había una minoría privilegiada, los prisioneros más prominentes, los capos, los cocineros, los intendentes y los policías.

Las pláticas entre de los prisioneros, eran, un día llegar a casa a comer pan, pasteles, cigarrillos y baños de agua templada. El no tener satisfechos esos simples deseos les empujaba a buscar en los sueños su cumplimiento y si estos sueños eran o no beneficiosos ya era otra cuestión, el soñador tenía que despertarse de ello y ponerse en la realidad. La desnutrición, además de ser causa de la preocupación general por la comida, probablemente explica también el hecho de que el deseo sexual brillara por su ausencia.

El suicidio en los campos se convirtió en una alternativa de escape para algunos pero lo cierto fue, que aunque se estuviera viviendo una situación atroz siempre debía existir algo que los motivara para seguir luchando, ya fuese un logro sin alcanzar, una persona a quien volver a ver, una obra por culminar o una realidad mejor por vivir.

En este lugar ofreció sus servicios como médico y psicoterapeuta y prometió que no se quitaría la vida como algunos de sus compañeros, sino más bien utilizaría esta situación para aprender a vivir, poniendo su vida al servicio de los demás.

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