EL VALOR DEL CUERPO HUMANO

EL VALOR DEL CUERPO HUMANO

Lo que digamos del cuerpo humano y su valor, orienta de modo decisivo nuestra comprensión y valoración de todo el ser humano. “La persona es un todo en el que se encuentran unificadas todas las partes. Según esta concepción globalizadora, enseñada por la filosofía aristotélica, el cuerpo no es un aspecto accidental de la persona, sino uno de sus constitutivos esenciales. El cuerpo es una parte substancial del compuesto unitario personal, precisamente en la que se exterioriza el ser personal del hombre, que aporta su espíritu. El otro constitutivo que tiene un carácter formal. La persona humana es por consiguiente espiritual y corporal.

Se sigue de este principio, que es una aplicación de la teoría hilemórfica de Aristóteles  a la persona humana, que el cuerpo del hombre no es igual que el de los animales. El cuerpo humano no es solamente un conjunto de órganos biológicos  sino también una parte o constitutivo intrínseco  esencial de la persona, lo que no ocurre  con el cuerpo animal. Además aunque el cuerpo del hombre no sea el constitutivo formal de la persona, sin embargo es el constitutivo por el que toda persona se manifiesta y expresa.

El cuerpo, en virtud de su unión substancial con un alma espiritual, constituye no un cuerpo, ni un espíritu, sino un compuesto de cuerpo y alma, una persona humana, no puede ser valorado como el cuerpo animal, que no es el constitutivo de un ser personal.  Por la misma razón el cuerpo humano no debe ser considerado como un objeto o una cosa o un instrumento del que se puede disponer, ni tampoco puede ser tratado de la misma manera que las cosas y los cuerpos de los animales. El cuerpo del hombre tiene un valor superior al del animal, porque aunque desde una perspectiva biológica puede ser mirado como el de los animales, pertenece a otro grado en la escala de los seres.

Si se desprecia al cuerpo se desprecia también a la persona, porque el cuerpo es la persona misma en su dimensión corporal o visible. De ahí que la dignidad personal alcance también al cuerpo, y este exige por ello el mismo respeto debido a la persona. Desde esta consecuencia de la tesis metafísica de la unidad sustancial  de la persona humana, es posible la valoración ética de las intervenciones biomédicas sobre el cuerpo humano, porque afectan no solamente al cuerpo, sino  al mismo tiempo a la persona, tales intervenciones deben estar normadas éticamente por el criterio de respetar integralmente a la persona humana”. (FORMENT, E Enseñanza de la Filosofía… p101-102)

El ser humano es un microcosmos que aúna calidades y órdenes de complejidad muy diversa,  es una dualidad compleja y sorprendente que se hace muy difícil de explicar.  ¡Atención! hablamos de dualidad y  no dualismo que enfrenta y excluye. Somos duales, admirablemente duales y al mismo tiempo admirablemente unitarios.

La persona es un todo en el que se encuentran unificadas todas las partes y unidas íntimamente, según esta concepción globalizadora, enseñada por Aristóteles, el cuerpo no es un aspecto accidental de la persona sino uno de sus constitutivos esenciales. El cuerpo es una parte sustancial del compuesto unitario personal, precisamente es la que exterioriza  el ser personal del hombre. La persona es por consiguiente espiritual y corporal. Lo que digamos del cuerpo humano y su valor, orienta de modo decisivo nuestra valoración y comprensión de todo el ser humano. Se sigue de este principio que todo lo que se hace contra el cuerpo se hace contra la persona. Si se desprecia el cuerpo, se desprecia a la persona.

Es importante reconocer el valor del cuerpo, como algo sagrado, como parte de nuestro propio ser, como parte fundamental de nuestro valor como personas. El valor del cuerpo no está en su tamaño, ni en sus habilidades, ni en su belleza, sino en el hecho de que  es uno de los componentes fundamentales de la persona. El cuerpo es tan digno como el alma, ya que ambos participan de la misma dignidad, la dignidad humana.

Hoy padecemos la exaltación materialista del cuerpo, propio de las sociedades consumistas. Hoy se favorecen políticas eugenésicas, y surgen todo tipo de desequilibrios psicosomáticos como la anorexia o la bulimia. Tenemos que tener un cuerpo “a la carta”, un hijo “a la carta” y con ello perdemos de vista que lo que se puede hacer y no hacer con el ser humano y empezamos a tratar al ser humano a nuestro capricho.  Un hijo es un don y una responsabilidad, no un mero objeto de deseo

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE TENER CUERPO

Para poder responder a esta pregunta nos vamos a comparar con los ángeles (aunque no podamos demostrar su existencia) que son como los hombres seres creados, seres inteligentes, pero que sólo tienen espíritu, no tienen cuerpo. Primero vamos a estudiar los inconvenientes:

• Estar sujetos al cansancio, hambre, enfermedad, sueño, frío, la muerte.
• Exige cuidados constantes
• Sometido a las exigencias espaciotemporales (el espíritu no lo está)
• Con facilidad se desequilibra, se desordena porque está sometido a vicios, pasiones, inclinaciones desordenadas que cuesta  ordenar.
• A veces queremos hacer muchas cosas  con la mente, pero el cuerpo nos pone límites, el cuerpo pesa. Parece que la mente va por un camino y el cuerpo por otro. No somos ángeles.

Las ventajas son

• Nos permite gozar, disfrutar con la comida, el descanso, la comunicación, etc.
• Nos permite comunicarnos
• Nos permite reproducirnos, forma una familia y amarnos
• Nos permite amarnos también con el cuerpo, besos abrazos, etc.

EL CUERPO COMO MEDIO DE EXPRESIÓN Y DE COMUNICACIÓN

El hombre es mucho más que cuerpo. Su cuerpo está animado con el espíritu  que tiene enormes posibilidades. Una de estas posibilidades es el lenguaje, la comunicación, la vida afectiva, la vida intelectiva, etc.

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