El arte de tener razón Arthur Schopenhauer

Alumno: Quispe Rivera, Celestino

El arte de tener razón

Arthur Schopenhauer

El contenido del libro se relaciona con la teoría de todo el pensar; además, se encuentran alusiones a la dialéctica. Las primeras nueve estratagemas se mencionan en Parerga y Paralipómena, mientras que más adelante se recopilan unas 40 estratagemas similares. Por otro lado, el titulo se deduce del mismo texto y la mención del Dialéctico erístico en Parerga y Paralipómena.

La dialéctica erística es el arte de discutir, y de discutir de tal modo que uno siempre lleve la razón. La verdad objetiva de una proposición y su validez en la aprobación de los que discuten y sus oyentes son dos cosas distintas, y esto se debe a la natural maldad del género humano. Ante una situación donde dos personas argumentan, ninguna admitirá que lo que expuso sea falso y de esta manera, se deja guiar por la vanidad: lo verdadero debe parecer falso y lo falso verdadero.

Sin embargo, ante una discusión, si nos rendimos fácilmente, cuando los argumentos de la contraparte parecen correctos, puede ser que más tarde nos demos cuenta de que nosotros teníamos razón y es por ello que nos vemos casi forzados, o al menos fácilmente tentados, a la mala fe en la discusión. En este caso, se debe de entender que uno no discute en pro de la verdad, sino de su tesis.

Para ganar un debate, es necesario identificar y explotar todas las debilidades del oponente. Además, debemos de utilizar ejemplos prácticos para invalidar la teoría del oponente, y es ahí cuando ponemos nuestras ideas como verdades absolutas. Estas estrategias se apoyan de algunas técnicas como, usar la excepción para destruir la tesis, mostrar la fragilidad de la evidencia y tomar inconscientemente la afirmación del oponente.

Para que nuestra tesis gane territorio, también es necesario conquistar la simpatía del público y una de las formas de hacerlo es presentar una objeción centrada en lo ridículo de la tesis.

Y, por último, podemos usar el ataque personal cuando se nota que el oponente es superior y que la probabilidad de que le vaya mal en el debate es alta, sin embargo, dependiendo del nivel de ataques personales, se generan humillaciones e indignaciones que pueden terminar en procedimientos legales. Además, quien ataca directamente al oponente acaba mostrando debilidad de argumentos. Y si nos atacan a nosotros, la mejor estrategia para defenderse es ser muy frío, mantener la calma y dejar claro al oponente que tales ataques no están relacionados con el tema del debate.

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