El hombre como ser racional.

Fernanda Lomelí 

A07064769 

Filosofía 

Mónica Monserrat Cantú Quiroga 

24/ Mayo/ 2016 

El hombre como ser racional 

La capacidad de sentir, constatar y razonar es propia del ser humano, quien a través de la historia ha encontrado diferentes usos para estas, usos que nos han llevado a evolucionar física, intelectual y tecnológicamente.  

Desde el comienzo de la vida humana en el planeta, el hombre empezó a tomar conciencia de lo que lo rodeaba, de cómo lo percibía y de las formas en las que podía interactuar con los elementos que tenía a su alcancé, desde entonces el hombre comenzó a utilizar y desarrollar sus sentidos; muy parecido a cuando un bebé empieza a tener contacto con lo que tiene alrededor y empieza a conocer y sentir cosas nuevas, al principio solo puede ver, tocar, oler, escuchar o probar lo que tiene pero poco a poco va comprendiendo lo que es y para qué sirve, esto es gracias a el razonamiento, que es propio del ser humano.  

Un ejemplo es cuando una persona quiere aprender a tocar un instrumento, primero debe ver como se hace y conocer cómo funciona el instrumento, para así tener fundamentos; teniendo estos fundamentos la persona puede comenzar a practicar, lo cual le da mayor entendimiento sobre la misma función.  

Después de años de existencia el ser humano comenzó a utilizar más estos recursos (los sentidos y la razón) cuestionando todo lo que se les había implementado e intentando buscar explicaciones más acordes a lo que podían ver, aquí es donde entra la lógica y el sentido común. Al cuestionar todo, el ser humano se dio cuenta de que todo tiene explicación y que el mismo puede llegar a ellas utilizando únicamente la razón, así es como tuvo su comienzo la filosofía, la cual influyo enormemente en la creación de muchas de las ciencias, como las matemáticas, la física, la astronomía, etc.  

Todos estos conocimientos se van desarrollando en el humano, nuestra facultad de pensar, razonar, asimilar y entender esta unida intelectualmente con el objeto o la afirmación que pensamos, razonamos o asimilamos. Siempre ha sido importante conocer nuestro mundo interior, para así poder comenzar a conocer lo exterior, lo que podemos ver, sentir, oler y escuchar. Nosotros podemos constatar y afirmar que es lo que sentimos, es el acto por el cual el entendimiento toma conciencia de sus propios actos, es por esto que el objeto inmediato de nuestro conocimiento es la realidad de nuestro mundo interior.

Un ejemplo de lo anterior puede ser las diferentes perspectivas que existen acerca de cualquier cosa, como un libro, puede haber una multitud de personas que aclama que es un libro fenomenal mientras otra multitud opina lo contrario. Tú puedes estar seguro de lo que sientes o de lo que ves pero no de lo que los demás piensan. No siempre lo que vemos o sentimos es como en realidad son las cosas. Incluso podemos entender ciertas cosas de forma diferente a los demás, siempre hay métodos distintos y cada persona se adapta al que más se le facilite.

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