El hombre de ahora convertido en más material que persona está perdiendo su esencia, es ya más complicado y a la misma vez sencillo, se ha vuelto despreocupado y sin tanto compromiso, sin perspectiva ni la misma visión a la que antes solía aspirarse.

El hombre de ahora convertido en más material que persona está perdiendo su esencia, es ya más complicado y a la misma vez sencillo, se ha vuelto despreocupado y sin tanto compromiso, sin perspectiva ni la misma visión a la que antes solía aspirarse.

Vivirá solo para sí mismo, pensando en el placer sin restricciones, en donde el conocimiento es inútil, se desgasta más tiempo perdiéndolo que haciéndolo ganancia, en medio de una gran fuente de informaciones que al contrario de eso lo desinforma.

Posee escaso sentido de su integridad y de su propia identidad. El conformismo parece ser el único recurso para evadir la angustia intolerable de ya no tener ideas, pero ni aún la conformidad es capaz de aliviar su angustia.

Le hace falta vivir su espíritu más que lo físico, se interesa más por las relaciones interpersonales pero aun así éstas secas, sin tanta conexión, que por el propio conocimiento de sí, su ser interior y lo que lo conforma.

Ser una persona va más allá de lo físico, porque nadie se sostiene sólo por lo físico, hay naturaleza en el hombre, tiene que tener amor por sí y para los demás, tiene que haber sueños, esperanzas y ganas de vivir, seguir y crecer en todos los ámbitos, hay que tener voluntad.

Tenemos la característica de tener sabiduría y ser seres pensantes y razonables, y así como hay que ser uno con uno mismo hay que aprender a ser uno con los demás, saber reconocer la posición y la vida de las demás personas, distintas en mucho pero iguales en valor.

Las distintas sociedades tienden a ser cada vez más abiertas, multiculturales, en cuanto a que esto altera las relaciones y distintas maneras de vida de los individuos, a veces estas llegan a ocasionar conflictos y no aceptación por las diferencias de algunos con otros.

Muchas personas hacen falta de tolerancia, les cuesta saber y aceptar que hay personas no con sus mismo ideales, cultura, gustos y rasgos en general, por considerar que el error, lo distinto y lo ajeno no tienen derecho de existir, de la misma manera que en otras cuestiones al no aceptar esto se ven afectadas algunas tipo de culturas no tan conocidas por lo cual se les hace menos importancia y por tanto no son tomadas en cuenta con el nuevo orden mundial y no se les deja el progreso, sin las tecnologías e innovaciones.

Se nos olvida que aunque vivamos en un mundo en común que tiende a que cada vez sea más conectado, cada cultura tiene sus propios rasgos y visiones.

Al desconocer a una cultura es fácil no aceptarla porque tal vez no comparte lo mismo que uno, negarse a relacionarse con otros, o relacionarse negativamente lo vuelve un problema de la persona misma, porque el problema es suyo de aceptación no del otro por lo que es, esto causa problemas.

La cultura es un horizonte del pensamiento donde los hombres comprenden su mundo, es su conjunto global en donde están

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