El paradigma, en una sociedad moralmente aceptada

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Pontificia Universidad Católica del Ecuador

El paradigma, en una sociedad moralmente aceptada

     Tomando en cuenta el carácter polisémico de la ética, hoy nos enfrentamos a la dualidad en una sociedad contemporánea. Sabemos que esta rama de la filosofía no ha de transgredir las realidades precientíficas aún existentes, es decir; ese tabú, ese mito, no puede obviarse, sino por el contrario, aportará a la construcción de una ética universal. Ahora, tampoco está bien decir que la ética cívica se forjará sobre las bases de las éticas sectarias, estos sistemas de intransigencia que impulsan aún más la noción de pluralismo y tal como menciona el autor, la problemática se orienta a la actitud mezquina del semejante, seamos claros, no existe valor individualista dado que nuestras acciones son de efecto común. Entonces, este pluralismo resultaría obsoleto al no ejercer bajo el impulso del otro polo dialéctico. Si hablamos de religión, basta citar la idea de una vida ajena a la presencia de Dios para que parte de la población se revele y a pesar de ello, sabemos que una vida ética solo es posible si damos apertura al diálogo. En fin, la ética civil surge tras la inconformidad, por la carencia de valores y en base a ello el autor nos presenta una discusión, un consenso de libertades, que a pesar de su carácter reflexivo logra colocar en un limbo nuestro sentido de democracia. Lo único verdaderamente cierto es que, ante la ausencia de la ética, nuestra existencia perdería voluntad y orientación.

Referencia:

Carrera, J. (2001). ¿Qué es la ética civil? Selecciones de teología, (159), 219-224.

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