Ensayo “La Apología de Socrates”
Enviado por jmgpagoada • 13 de Febrero de 2016 • Ensayo • 638 Palabras (3 Páginas) • 185 Visitas
Ensayo “La Apología de Socrates”
Esta obra es el retrato perfecto de lo que es un juicio, un proceso preponderantemente oral en donde una persona tiene que ofrecer con sus argumentos y pruebas una buena defensa para sí, a fin de conseguir el beneficio de una sentencia favorable. Aquí se encuentra el origen de nuestro proceso, en la vieja cultura griega que sentó las bases para que posteriormente los romanos hicieran una sistematización del derecho, que es tan similar a como hoy lo conocemos que sorprenden las similitudes. Muy similar resulta el juicio relatado en esta obra al proceso ordinario laboral que también resulta ser preponderantemente verbal.
Lo primero que se puede destacar de esta obra es la necesidad de un buen argumento, construido en bases solidas, es decir, en pruebas y apoyado por una buena exposición, por un buen alegato, que como lo señala la obra, el estilo del alegato atenderá principalmente a quien lo expone, no hay una forma correcta o incorrecta de exponer un argumento, no hay una forma prediseñada de formular un alegato, no son muchas las reglas que se deben de seguir, simplemente hay que buscar siempre exponer lo que los intereses convengan con toda claridad y lógica, a fin de provocar un resultado favorable.
Algo más que está muy presente en la obra es el principio universal en todo derecho procesal, “quien afirma está obligado a probar sus afirmaciones” por eso lo primero que encontramos en la obra es una invitación que hace el enjuiciado a sus detractores para que señalen y prueben sus conductas. Hace referencia también a los muy populares sofistas, hombres que tenían amplios conocimientos, pero que eran mal vistos por cobrar por sus servicios, pues en ese tiempo quien era sabio compartía su sabiduría sin esperar nada a cambio. ¿Pero es que a caso es tan malo recibir una retribución por un servicio prestado? Ahora lo conceptualizamos de otra forma, sabemos y está regulado que todo trabajo o todo servicio prestado merece una contraprestación, el sueldo que le paga a un obrero por su trabajo o los honorarios que recibe un abogado por su patrocinio.
Como defensa Sócrates plantea un testimonio de un oráculo que vaticino que Sócrates era el más sabio de todos, por lo que Sócrates incrédulo se dio a la tarea de demostrar lo contrario, y de aquí surge un punto importante “los que eran reputados o se consideraban a sí mismos como los más sabios, fue a los que encontró más carentes de sabiduría, mientras que otros que pasaban por inferiores los superaban”. De aquí resulta importante rescatar la soberbia que en muchas ocasiones puede embargar al abogado, que a veces piensa que lo sabe y puede todo, tal es su confianza que termina perdiendo la humildad, pero hay que tener cuidado al andar por estos terrenos pues como bien lo dice Sócrates mientras más se confía en uno mismo, más olvida que no es necesario confiar sólo en sí, confiamos en lo que no debemos confiar; nadie tiene el conocimiento absoluto y siempre hay mucho por aprender.
De todo el texto lo más importante a destacar es lo valioso de los argumentos, el peso de las palabras y la importancia de la elocuencia en el hablar, en el pedir, en el exigir. Porque tal vez Sócrates no logró convencer a sus detractores, pero sin embargo por la elocuencia de sus palabras dejo prueba fehaciente de su inocencia. Aunque no podemos olvidar que para que un argumento sea bien soportado, debe ser fincado a partir de una piedra angular llamada prueba que hoy cobra tal vez mucha más importancia que en aquellos tiempos, en donde lo que importaba más era la palabra.
Puedo concluir pues, en este breve análisis, que resulta importante el arte no de la retórica sino de la argumentación para conseguir el resultado buscado en un proceso.
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