Ensayo de filosofía ¿Cómo puedo avanzar con seguridad en el camino del conocimiento?

Chía, 12 de septiembre

María Verónica Hernández

Ensayo de filosofía

¿Cómo puedo avanzar con seguridad en el camino del conocimiento?

Alrededor de los años, el ser humano se ha caracterizado por buscar respuestas a sus preguntas más básicas. Por ejemplo, los presocráticos estaban dedicados a encontrar el principio (Argé) de la vida en elementos de la naturaleza y podemos evidenciar que llegaron a varias conclusiones; Tales de Mileto propuso que el principio de las cosas era el agua y muchos estuvieron de acuerdo con él.

 Para saltar a una perspectiva un poco más moderna, se puede incluir dentro de estos buscadores de la verdad a los ilustres Santo Tomás de Aquino y San Agustín, quienes fueron esenciales para el desarrollo de la Edad Media y lograron llegar a conclusiones sobre la existencia de Dios.  Sin embargo, ¿Cómo podemos hacer tantas afirmaciones y llegar a tantas conclusiones si no nos cuestionamos y dudamos de nuestra propia existencia? ¿Quién nos asegura que nuestras experiencias y nosotros mismos somos reales?

Afortunadamente, en el siglo XVII un hombre se hizo estas preguntas, pues como todos los demás estaba ansioso por llegar a conclusiones y como es la naturaleza del ser humano, estaba constantemente interrogando todo a su alrededor, este hombre, es conocido actualmente como Descartes: el padre de la filosofía moderna. Descartes, al darse cuenta que los sentidos nos fallan constantemente y que es fácil para un hombre, ser engañado por sus sentidos en las materias más básicas, decidió tomar por falso todo lo que le brotara la más mínima duda, esto es: conceder como falso todo lo que antes podía ser una demostración. No obstante, al cuestionarse tan desenfrenadamente e investigar tan incansablemente llegó a una conclusión que  admitió como primer paso a su filosofía: el cogito ergo sum. “yo pienso, luego yo soy”. Esto es, que al hacerse tantas preguntas, se dio cuenta inmediatamente mientras él quería pensar que todo era falso, era verdadero que él, mientras lo pensaba, era algo. En otras palabras, de la única cosa de la cual le era imposible dudar, era que dudaba.

 Asimismo, Descartes al llegar a esta conclusión, consideró que se necesitaba una metodología para tener un criterio adecuado de la verdad y la certeza. Es por esto, que el filosofo logró idear un método, dividido en cuatro reglas que hacen que la búsqueda de la verdad sea más acertada.

La primera regla consiste en no dar por verdadero cualquier cosa que no se evidencie su veracidad; en otras palabras, esta regla consiste en luchar contra nuestros impulsos y precipitaciones, lo cual implica no afirmar nada que no sea claro y que despierte en nosotros una duda.

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