Es la democracia la mejor forma de gobierno

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En Colombia hay temas que se dejan de conversar por la gran controversia que causan, temas como la salud, la educación, la pobreza, la desnutrición infantil entre otros, temas que desencadenan o conducen las miradas a un mismo lugar y es el gobierno.

Se supone que la democracia es la mejor forma de gobierno, se ha hablado que el pueblo es representado por un candidato que estará en busca de la mejora de calidad de vida de los ciudadanos. Pero que sucede cuando los votantes se ven manipulados para ejercer nuestro derecho al voto? ¿Qué pasa cuando los partidos buscan comprar votos a través de un sándwich, un tamal, un puestico en la parte publica? ¿Es a eso a lo que llamamos democracia?

Claramente no, solo están llenando algo de necesidades momentáneas (alimento, un puesto laboral –si es que lo logra obtener-) por el otorgamiento de un voto que les dará poder por cuatro años, esto no es más que un vil juego a partir de las necesidades de las poblaciones más vulnerables del país. Y por qué pasa esto, ¿porque se dirigen a este tipo de segmentos? Sin duda porque son personas que en su mayoría no han tenido acceso a la educación y a otras oportunidades que le permitiera ver con más nitidez las bajas intensiones de los más pudientes.

Hacemos parte de un país corrupto, en donde gana el que tiene más poder (no solamente el económico), gana el que es más reconocidos, el que tiene más dinero, el que posee más títulos. ¿Pero eso si es ganar? ¿Si se contempla como ganancia hacer daño a mi nación? Es tanta la necesidad de poder que hay hoy día, porque es lo que les deja dinero en sus bolsillos fácilmente y les permite gozar de un estatus, de mojar prensa, de estar como en una especie de pulpito donde las clases bajas solo les aplauden sus las malas intenciones que tienen pero que saben esconder muy bien en una caja de regalo que muestran como su mejor ofrenda.

Sin duda alguna respecto a los demás tipos de Gobierno que hemos analizado, la democracia sería la mejor opción, si se hiciera a conciencia, si antes de votar y de tomar esa decisión tan crucial para nuestra nación como lo es otorgar el poder, y que nos representen, nos tomáramos el tiempo de leer detenidamente sus planes de trabajo, si dejáramos de regalar el voto (algo tan importante) por un tamal o una foto con el candidato, o por nuestro futuro laboral, claramente la realidad sería otra.

Por otro lado si los que suben al poder lograran entender que no suben a satisfacer sus necesidades personales, si dejaran de lado el deseo de figurar en el medio y de la necesidad de tener el poder. Quizá si lograran conocer las necesidades de la población, sus dolores, sus temores, sus anhelos, el deseo de oportunidades, si lograran conocer el hambre que han sufrido, la perdida de seres queridos por culpa del conflicto armado o tan solo por el ineficiente sistema de salud que gozamos. La realidad también sería otra.

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