Etapa 3 Emmanuel Kant y sus principios
Enviado por Mayra Lizeth Peña Cano • 27 de Abril de 2016 • Documentos de Investigación • 1.553 Palabras (7 Páginas) • 311 Visitas
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Filosofía
Etapa 3
Emmanuel Kant y sus principios
Integrantes:
Reyna Joseline Castillo Ángeles M. 1595547
Diana Adamari Hurtado Galvan M. 1729494
Lorely Denisse Martínez Rangel M. 1746620
Mayra Lizeth Peña Cano M. 1733977
Roxana Gpe. Dávila Treviño M.1737684
Grupo: 415
Kant: Idea de una historia universal en sentido cosmopolita, 1784
La historia, se ocupa de la narración de estos fenómenos, nos hace concebir la esperanza, a pesar de que las causas de los mismos pueden yacer profundamente ocultas, de que, si ella contempla el juego de la libertad humana en grande, podrá descubrir en él un curso regular, a la manera como eso que, en los sujetos singulares, se presenta confuso e irregular a nuestra mirada, considerando en el conjunto de la especie puede ser conocido como un desarrollo continuo, aunque lento, de sus disposiciones originales. Así, los matrimonios, y los nacimientos y muertes que siguen, parecen, ya que la libre voluntad humana ejerce tan grande influencia en los primeros, no estar sometidos a regla alguna que pudiera permitirnos determinar con anticipación su número y, sin embargo, las tablas estadísticas anuales de los grandes países nos muestran que transcurren con arreglo a leyes naturales constantes, no menos que los cambios atmosféricos que, siendo imprevisibles singularmente, en su conjunto consiguen mantener en un curso homogéneo y constante el crecimiento de las plantas, el curso de las aguas y otros fenómenos naturales.
Primer principio
Todas las disposiciones naturales de una criatura están destinadas a desarrollarse alguna vez de manera completa y adecuada. Esto se comprueba en todos los animales por la observación exterior y por la observación interior o des articuladora.
En la ciencia natural teleológica un órgano que ni ha de ser empleado, una disposición que no ha de alcanzar su fin, representa una contradicción. Porque si renunciamos a ese principio, ya no nos encontramos con una naturaleza regular sino con un juego arbitrario; y el desconsolador “poco más o menos” viene a ocupar el lugar de los hilos conductores de la razón.
Segundo principio
En los hombres aquellas disipaciones naturales, que se apunta para el uso de su razón, se debe desarrollar completamente en la especie y no en los individuos.
Pero ella misma no actúa instintivamente sino que necesita tanteos, ejercicio y aprendizaje, para poder aprender a cómo usar a la perfección de todas sus disposiciones naturales. Y este momento, por lo menos en la idea del hombre, debe construir la meta de sus esfuerzos, pues de lo contrario habría que considerar las disposiciones naturales, en su mayor parte, como ociosas y sin finalidad, lo cual cancelaría todos los principios prácticos y, de ese modo, la naturaleza, cuya sabiduría nos sirve de principios prácticos y, de ese modo, la naturaleza, cuya sabiduría nos sirve de principio para juzgar.
Tercer Principio
La naturaleza ha querido que el hombre logre completamente de sí mismo todo aquello que sobrepasa el ordenamiento mecánico de su existencia animal, y que no participe de ninguna otra felicidad o perfección que la que él mismo, libre de instinto, se procure por la propia razón. Siempre sorprende a las viejas generaciones parecen afanarse plenamente sólo el interés de las venideras, para prepararles un nivel sobre el cual levantar todavía más el edificio cuya construcción les ha asignado la naturaleza; y que sólo en las generaciones últimas gozarán la dicha de habilitar en la mansión de toda una serie de antepasados.
Cuarto principio
El medio de que se sirve la naturaleza para lograr el desarrollo de todas sus disposiciones es el ANTAGONISMO de las mismas en sociedad, en la medida en que ese antagonismo se convierte a la postre en la causa de un orden legal de aquellas. Antagonismo la insociable sociabilidad de los hombres, su inclinación a forma sociedad que, va unida a una resistencia constante que amenaza perpetuamente con disolverla.
El hombre tiene una inclinación a entrar en sociedad; porque en tal estado se siente más como hombre que siente el desarrollo de sus disposiciones naturales. El hombre quiere concordia; pero la naturaleza sabe mejor lo que le conviene a la especie y quiere discordia.
Los impulsos naturales, las fuentes de la insociabilidad y de la resistencia absoluta, de donde nace tanto daño, pero que, al mismo tiempo, conducen a nuevas tenciones de las fuerzas y así, a nuevos desarrollos de las disposiciones naturales, delatan también el ordenamiento de un sabio creadores y no la mano chapucera o la envidia corrosiva de un espíritu maligno
Quinto principio.
El problema mayor del género humano, a cuya solución le constriñe la naturaleza, consiste en llegar una SOCIEDAD CIVIL que administre el derecho en general. Una sociedad en que se encuentre unida la máxima libertad bajo leyes exteriores con el poder irresistible, es decir, una constitución civil perfectamente justa, constituye la tarea suprema que la naturaleza ha asignado a la humana especie.
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