FILOSOFÍA PREDOMINANTE.

LA FILOSOFÍA

PREDOMINANTE

C ada cultura es el fruto de ideas y

actitudes de su gente. Estas ideas y

actitudes se unen en la gente y en la cultura para

formar filosofías. Nuestra época es una de gran

pobreza filosófica, y como resultado, vivimos en

una época de tremenda confusión ética y moral.

Cada uno de nosotros tiene su propia filosofía.

Esta filosofía se compone de un conjunto de

creencias por las cuales elegimos vivir.

Probablemente, estas creencias son muchas y

variadas. Una persona pudiera creer que hay un

Dios, que la Tierra es redonda y que tú nunca

debieras ir a ningún lugar sin un paraguas. Estas

creencias son muy diferentes, pero pueden

coexistir dentro de la filosofía personal de un

individuo. Una filosofía es una regla de vida.

¿Cuál es tu filosofía?

Aunque no podamos articular claramente nuestra

filosofía personal, recurrimos a esta "regla de

vida" muchas veces cada día. Cada día

tomamos cientos de decisiones. Algunas de

estas decisiones afectan lo que comemos y lo

que vestimos, mientras que otras afectan la

dirección misma de nuestras vidas. En cada

caso, estas decisiones son determinadas por

nuestra filosofía personal.

El ambiente filosófico de una comunidad se

compone de la filosofía colectiva de la gente que

forma esa comunidad. Una comunidad puede ser

tan pequeña como una familia pequeña o tan

grande como una nación. En la época presente,

hay ciertas tendencias filosóficas que gobiernan

el proceso de decisión. Yo encuentro estas

tendencias perturbadoras en muchos niveles.

Estas me inquietan como ser humano. Éstas me

preocupan como hermano, hijo y miembro de una

familia. Éstas me perturban como ciudadano de una

nación moderna. Éstas me alteran como persona de

fe y como cristiano. Y, por último, me perturban como

católico, como miembro creyente de la única, santa,

católica y apostólica Iglesia.

Aunque hay muchas filosofías influenciando el

esquema moderno, me gustaría proponer que haya

tres grandes filosofías prácticas sobre las cuales

hemos construido muestra cultura moderna. Dejaré

al lector decidir si hemos construida muestra cultura

sobre una roca como el hombre sabio, o sobre la

arena como el tonto (cf. Mateos 7:24-27).

Individualismo

Cuando nos enfrentamos con una decisión, ¿Qué

hay para mí?” es la pregunta que parece dominar

el diálogo interno de la mayoría de las personas hoy

en día. Esta pregunta es el credo de la filosofía que

llamamos Individualismo, que está basado en la

preocupación fundamental del yo. En el ambiente

presente, la mayor tendencia que gobierna el

proceso de toma de decisiones y, por lo tanto, la

formación de nuestro sistema cultural de creencias,

es el Individualismo.

Ninguna comunidad, ya sea tan pequeña como la

familia o tan grande como una nación, puede crecer

fuerte con esta actitud. El Individualismo siempre

debilita a la comunidad y causa que todo el con-

junto sufra. En cualquier caso, el Individualismo es

un crecimiento cancerígeno.

Las reformas sociales y políticas de nuestra época

han exultado al individuo de tal manera que es

dañina para la sociedad como un todo. Bajo la

presión y guía de un número de grupos especiales

de interés que sólo representan una fracción de la

sociedad en general, los derechos de los

individuos se han estado elevando gradualmente

y básicamente colocados por encima de los

derechos de la sociedad como un todo. Un

ejemplo perfecto es la reciente situación en Cali-

fornia, donde la corte prohibió en las escuelas

públicas usar “bajo Dios” cuando se dice la Pro-

mesa de Lealtad. Los derechos de los individuos

han sido fortalecidos a toda costa, sin importar el

bien o el mal. Al mismo tiempo, se ha hecho de

todo para debilitar los derechos de la Iglesia,

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