Hombres en escabeche. Ana Istarú
Enviado por valmuoz • 19 de Mayo de 2016 • Síntesis • 1.705 Palabras (7 Páginas) • 2.588 Visitas
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DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES Y ARTES
PEDAGOGÍA EN LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIONES.
FEMINISMO Y LITERATURA
TRABAJO DE APLICACIÓN
“Hombres en escabeche”- Ana Istarú
ALUMNA
Valentina Muñoz
PROFESORA
Diana Kiss de Alejandro
Osorno, 14 de Diciembre de 2012
Acerca de la autora
Ana Istarú es una reconocida actriz, escritora y dramaturga costarricense.
Obtuvo el Bachillerato en Artes Dramáticas con énfasis en Actuación en la Universidad de Costa Rica en 1981.
Su obra poética, que abarca seis poemarios, ha sido recogida en numerosas antologías americanas y europeas. Los críticos destacan que su poesía está cargada de erotismo, al tiempo que tiene una perspectiva de género, es decir, que es muy femenina pero no feminista, una poesía desde la feminidad y sus pasiones, su erotismo, su misión de dar vida a partir del amor. En ella, Ana Istarú expresa los sentimientos más profundos de la mujer. Por el erotismo de su poesía consigue que el significado de sus versos puedan ser interpretados de diversas maneras, como corresponde a una verdadera obra literaria, según los propios deseos del lector.
Entre sus publicaciones están: Poesía: La muerte y otros efímeros agravios (1989), La estación de fiebre (1983), Verbo Madre (1995), Raíces del aire (1996). Teatro: El vuelo de la grulla (1984), Madre nuestra que estás en la tierra (1996), Baby Boom en el paraíso (1996), Hombres en escabeche (2001).
A lo largo de su carrera como actriz y escritora, Istarú a obtenido algunos reconocimientos como: premio Joven Creación 1976 (Editorial Costa Rica) por Poemas para un día cualquiera, premio Latinoamericano EDUCA 1982 por La estación de fiebre, premio Nacional 1990 a la actriz debutante, premio María Teresa León 1995 para Autoras Dramáticas por Baby Boom en el paraíso (Asociación de Directores de Escena de España), premio Nacional 1997 a la mejor actriz protagonista, premio Hermanos Machado de Teatro 1999 por Hombres en escabeche (Sevilla), premio Ancora de Teatro 1999-2000, premio Nacional de Dramaturgia 2005 por su monólogo en un acto La loca.
Acerca de la obra
“Hombres en escabeche”, fue presentado en teatro antes de ser publicado en 2001. Obteniendo el premio Hermano Machado de Teatro en 1999.
La obra narra la vida de Alicia, una mujer que pasa buscando el gran amor de su vida, ese hombre que pueda conservar en “escabeche” para siempre.
La obra trata estereotipos sexuales con una visión abierta y sensible, que por medio de las reflexiones de la protagonista, pretende denunciar cuál ha sido el papel de la mujer en la sociedad hasta hace muy poco tiempo. Hombres en Escabeche discute sobre la independencia, el rol femenino, la tradición machista que puede existir todavía en nuestros tiempos a través de expresiones y actitudes más sutiles, pero difíciles de erradicar por completo. Además de la comunicación en la familia y la forma como se desarrolla la vida, todo desde el punto de vista – mucha veces cómico – de la protagonista.
Análisis literario
Hombres en escabeche se encuentra en la Fase Feminista de las fases históricas en el desarrollo literario de las mujeres escritoras, pues a pesar de ser un texto escrito y relatado por una mujer, es una sutil crítica ante la condición subordinada que tienen las mujeres, en este caso Alicia, dentro de la sociedad machista, contrastándola con su padre, su hermano y sus novios.
Alicia, la protagonista de esta obra, nos cuenta la historia desde su niñez y la forma en que el rol masculino marcó toda su vida. Desde su padre que no recordaba su nombre, un hermano; quien tenía mayores privilegios haciendo menos cosas en la casa, hasta la búsqueda incesante del amor con varios fracasos de por medio.
La protagonista sufre una gran metamorfosis a lo largo de la obra. Comienza como una niña, que solo cumple con el rol que sus padres y la sociedad le han impuesto, a pesar de no entender las razones de ello.
“…hice todo lo que me ordenaron. Las cosas más espantosas: poner la mesa, quitar la mesa, lavar los platos, secar los platos, guardar los platos, poner la mesa. Sentarme con las piernas cerradas. No rascarme en público, no estirarme en público, no bostezar en público. No hablar en público. Sentarme con las piernas cerradas...”
De esta forma, Alicia se convierte en el “eterno femenino”, angelical, dulce, una mujer pasiva, dócil, sin personalidad que solo prepara galletas para satisfacer a sus novios. Pero, a pesar de cumplir con su rol impuesto, se siente en desventaja con su hermano, la comparación es inevitable y encuentra la respuesta en su precario conocimiento sobre sexualidad, dónde también aparecen sus primeros deseos sobre la igualdad de condiciones: “si él puede yo también”.
“Mientras yo barrí el equivalente al territorio de la Patagonia, él jugaba fútbol. Obviamente había algo que nos diferenciaba y me propuse descubrirlo. Luego de mucho espiarlo lo seguí al baño y ahí lo comprendí todo: él orinaba de pie, igual que papá. ¡Qué alivio! Si era sólo eso yo estaba dispuesta a hacer un rápido aprendizaje de la materia...”
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