Influencia de la moralidad en la dinámica del conocimiento

Luigi, G., El sentido religioso: curso básico de cristianismo, Tercera premisa: influencia de la moralidad en la dinámica del conocimiento, trad. José M. Oriol, Agape Libros, Buenos Aires, 2011

Fichaje en vista de Trabajo Practico para la materia Filosofía en Ntra. Sra. de Luján

Introducción:

Tema del libro: influencia de la moralidad en la dinámica del conocimiento

(…) ¿Cómo puede uno fiarse de una determinada persona? el problema permanece abierto, no ya por el aspecto que se refiere a una sana dinámica de la razón, sino por el hecho de que fiarse de otra persona introduce un factor de actitud en el sujeto (…), que designamos con el término usual de moralidad.(…) [p. 61]

1. La razón, inseparable de la unidad de yo.

(…) El hombre es uno, y la razón no es una máquina que se pueda separa del resto de la personalidad y hacerla funcionar por si sola como el mecanismo de cuerda de un juguete. La razón es inmanente a la unidad de todo nuestro yo, está orgánicamente ligada a él; (…). [p. 62]

1. La razón, ligada al sentimiento.

Hay un denominador común a estos fenómenos: que se trata siempre de algo que interviene en el horizonte experiencial del individuo. En el ámbito de la experiencia personal penetra un acontecimiento, (…); algo sucede dentro del horizonte experiencial, dentro de los confines que alcanza la percepción de la persona. (…) Sucede algo que toca a la persona, que mueve a la persona: una emoción, una conmoción.

(…) Cualquier cosa que intervenga en el horizonte del conocimiento de una persona produce reacción inevitable e irresistible, justamente en correlación con la vivacidad humana de una persona. (…)

La palabra que indica este estado de ánimo, esta reacción, esta emoción, este ser tocados por lo que sucede, se llama sentimiento. (…)

El hombre es el nivel de la naturaleza en el que ésta toma conciencia de sí misma, es el nivel de la realidad en el que ésta comienza a adquirir conciencia de sí, es decir, comienza a convertirse en razón. (…)

(…) la razón no es un mecanismo que se puede desarticular del resto de nuestro yo; por lo tanto, la razón está ligada al sentimiento, está condicionada por éste. (…) [pp. 63-65]

1. La hipótesis de una razón sin indiferencias

La razón se concibe como una capacidad de conocimiento que debe desarrollarse en relación con el objeto sin que nada lo interfiera, si hay una interferencia (…), comienza a surgir el interrogante de si se trata de un conocimiento (…) verdadero del objeto, o por el contrario, no es todo o al menos en parte una impresión del sujeto.

Cuanto más interesa una cosa al individuo, cuanto más valor tenga (…) y cuanto más vital sea (…), más fuertemente provocará un estado de ánimo, una reacción de simpatía o antipatía, más sentimiento producirá, y más condicionada estará la razón por este sentimiento para conocer este valor. [pp. 65-66]

1. Una cuestión existencial y una cuestión de método.

Hay dos observaciones que hacer:

1. Cuanto más hace la naturaleza que me interese por una cosa y, por tanto, cuanto más curiosidad, exigencia y pasión por conocerla me produce, más me impide conocerla. Porque la naturaleza, en efecto, desde el momento en que hace que me interese por un objeto, condiciona mi instrumento de conocimiento con el sentimiento que provoca en mi. (…)
2. Es un error formular un principio explicativo que, para resolver una cuestión, tenga necesariamente que eliminar alguno de los factores en juego. Esto quiere decir que no es un principio apto. (…) La verdadera solución está en una postura que no sólo no se vea en la necesidad de eliminar un factor, sino que exalte todos los factores, que los valore todos. [pp. 67-68]

1. Otro punto de vista.

La s, es decir, el sentimiento, debe imaginarse como una lente: el objeto, gracias a esta lente, se acerca a la energía cognoscitiva del hombre y la razón lo puede conocer así con más facilidad y seguridad. Entonces, la s resulta ser una condición importante para el conocimiento, el sentimiento es un factor especial para la visión. (…)

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