LA DEMOCRACIA Y SUS ENEMIGOS: ULRICH BECK
Enviado por Victoria Serrano • 10 de Junio de 2017 • Reseña • 1.330 Palabras (6 Páginas) • 362 Visitas
“LA DEMOCRACIA Y SUS ENEMIGOS: ULRICH BECK”
¿Qué implica la modernidad? Partimos de esta pregunta porque hablar de modernidad es como abrir la caja de pandora, un sinfín de definiciones que nos inundan y muchas veces nos conducen a una paradoja. El presente trabajo está encaminado a retomar los conceptos elementales del texto de Beck “La democracia y sus enemigos” y se procede a realizar una discusión teórica después de haber recorrido el pensamiento de distintos filósofos, esbozando las diversas posturas intelectuales, para obtener una definición más clara sobre la modernidad.
Comencemos con una pequeña introducción a la obra de Ulrich Beck. Si bien, Beck es conocido por ser uno de los más importantes referentes de la sociología contemporánea, no solamente se enfocó en esa disciplina; al tener una formación multifacética, Beck se enfoca principalmente en la cuestión de la modernidad, sobretodo en el cambio que generan las condiciones de trabajo debido al capitalismo global. Uno de sus aportes más importantes dentro de toda su obra ha sido el concepto de la “sociedad del riesgo”, sin embargo hoy nos enfocaremos en la cuestión de la modernidad.
Primeramente es necesario recalcar que Beck se sitúa en el contexto político de finales de los 80’s, por lo que hace referencia al continente europeo, enfocándose en el caso de Alemania. Considera él que en Europa está la arena donde se dilucidan los principios y fines de la modernidad: la modernización simple: racionalización de la tradición, es decir, la contraposición de los estándares normativos del viejo sisma, y la modernización reflexiva: la racionalización de la racionalización, o bien, la desvinculación y revinculación de las formas tradicionales de la sociedad.
¿Por qué la modernidad? Beck se plantea una serie de preguntas, que en un principio nos deja pensando sobre el conflicto de las modernidades. Los cambios que tiene que atravesar la sociedad; los pasos que debe de dar la sociedad, son aquellos cambios que darán pauta a una reconfiguración del sistema, en donde se percibe una contraposición de las tradiciones y las religiones, y, la erradicación de la constante que rige al estilo de vida.
El progreso es el factor esencial dentro de la modernidad, pues se guiaba por el principio de que a mayor producción mayor bienestar social, y por ello, debido al buen funcionamiento de este sistema trajo consigo la aparición de nuevos riesgos con grandes dificultades para su manejo y control. La modernidad viene a ser una nueva forma de organización, en la cual la sociedad ya no está basada en un reparto de la riqueza sino en un reparto de los riesgos, y aquí es donde aparecen los nuevos conflictos sociales. La modernidad implica el cuestionamiento del entramado que se ha construido con base a la primera modernidad, dando pauta a que aquello que nos permitía entrar a lo “moderno” se convierta ahora en lo examinado. Esto quiere decir que el progreso que la ciencia dio, así como el proceso de industrialización que hizo posible el desarrollo de la sociedad, ahora está bajo la lente, ahora se critica. Es pertinente decir que las sociedades modernas segregan toxinas que envenenan al mismo sistema que las emana, puesto que proviene de una fractura dentro de la modernidad.
Dice Beck “Las sociedades modernas producen, por si mismas, los problemas que tienen que solucionar”. Entorno a esta frase podemos entender que la misma modernidad ha sido un “mal necesario”, y que, a medida que se va progresando en esa sociedad industrial, se van creando nuevas dificultades; se regresa a aquellos riesgos que se suponían superados, y por ende, la solución sólo será a través de un nuevo impulso, una radicalización de la misma modernidad. La despedida de la sociedad industrial se llevará a cabo no por la vía revolucionaria, sino por la puerta trasera, y el autor afirma que desaparece de la historia mundial sin a ver sido completamente moderna, idea que contradice que la historia industrial era el final.
Con el fin de la sociedad industrial se pone en riesgo tanto su propia identidad, como la supervivencia de la misma, porque ya no hay una constante que determine su estilo de vida, y por lo tanto, sufre de una distorsión de sí misma, dando pauta a una crisis en la esfera social. Es aquí cuando Beck se pregunta si la sociología puede dar respuesta ante estas cuestiones; más aún, ¿qué pasa si la sociedad industrial busca verdades eternas?
Surgen entonces nuevas fronteras y situaciones de riesgo en las estructuras sociales, que en un momento se pensaban estables, pero Beck encuentra una solución, una “segunda modernidad” que transformaba desde dentro (de manera “reflexiva”) la primera modernidad.
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