LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO EN PLATÓN, ARISTÓTELES Y TOMÁS DE AQUINO
Enviado por Elena Costilla • 11 de Septiembre de 2017 • Monografía • 6.416 Palabras (26 Páginas) • 380 Visitas
LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO EN PLATÓN, ARISTÓTELES Y TOMÁS DE AQUINO
CAPÍTULO I: LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO EN PLATÓN:
I.1 Teoría de las ideas en las alegorías sobre el conocimiento en la obra “LA REPÚBLICA”.-
Platón (380 a.c) en su máxima obra La República, exactamente en el LIBRO VI DE LA REPUBLICA “…la idea del bien es el objeto del más sublime conocimiento, y que la justicia y las demás virtudes deben a esta idea su utilidad y todas sus ventajas.”(p. 425, 505a).
Platón distingue entre dos ámbitos de la realidad: el mundo sensible y el mundo inteligible. En el mundo sensible se encuentran los objetos físicos que podemos percibir mediante los sentidos; en el mundo inteligible encontramos las Ideas o formas. Las cuales son perfectas y ante todo son los moldes o modelos de las cosas sensibles, siendo estas meras copias de las Ideas. Así pues, la relación de las ideas y las cosas, recurre al Demiurgo que es un genio ordenador, el cual se fijaba en las Ideas perfectas y las trataba de imitar, pero en ese proceso las copias que realizaba no salían perfectas (cosas del mundo sensible). La teoría de las Ideas, serán explicadas de maneras similares a las siguientes alegorías:
I.1.1 La dialéctica y los grados de saber en la Alegoría de la Línea.-
Platón expresa el ascenso desde el mundo sensible hasta llegar finalmente a la Idea del bien, pasando por los grados de conocimientos dados en el ámbito de lo sensible hacia el ámbito de lo inteligible:
- El Símil de la Línea (Libro VI): Platón (380 a.c) pide dividir una línea vertical en dos partes, y tener así por lo tanto al ámbito de lo sensible que contiene el conocimiento llamado opinión, y por otra parte el ámbito de lo inteligible el conocimiento llamado ciencia. Ahora, esas partes a su vez la dividamos en otras dos; en cuestión del ámbito sensible tenemos cuatros grados de realidad (de menor a mayor realidad) y en el ámbito de lo inteligible tenemos cuatro grados de conocimiento (de menor al mayor grado). Por una parte, el grado menor de la realidad sensible podemos encontrar las sombras y las imágenes relacionadas con la imaginación, este viene a ser el menor grado de conocimiento llamado CONJETURA; luego por encima de ello se encuentras los entes naturales y artificiales relacionados con los sentidos, formando parte de las entidades físicas, y ello contiene el conocimiento llamado CREENCIA, ambos forman parte de la llamada doxa u OPINIÓN. Por otra parte, en el ámbito de lo inteligible donde primero se encuentra las entidades matemáticas y el conocimiento que podemos alcanzar mediante la razón discursiva y finalmente en el grado más alto se encuentran las Ideas, y para conocerlas utilizamos la intuición intelectual (mediante hipótesis) que corresponde a la dialéctica. (p. 434, 509e-510ab) (Ver figura 1)
Platón (380 a.c) explica el proceso dialectico en el siguiente pasaje: “…entiendo por la segunda sección de lo inteligible aquello a que llega la razón por si misma; con el auxilio de la DIALÉCTICA, haciendo hipótesis que le sirvan de punto de apoyo y de impulso para remontarse al principio de todo hasta lo no hipotético.” (p. 436,510cd-511ab). Platón expresa a la dialéctica como ciencia o forma de saber que es el más alto grado del conocimiento, que consiste en lograr conocer las Ideas mediante la razón.
I.1.2 La realidad de nuestro conocimiento en la Alegoría de la Caverna.-
La alegoría de la caverna de Platón es una analogía sobre la realidad de nuestro conocimiento. Platón nos muestra en sentido figurativo cómo la vida nos mantiene encadenados mirando hacia la pared de una cueva (caverna), desde que nacemos y, cómo las sombras que vemos reflejados en la pared componen nuestra realidad; pero luego al momento de la liberación podemos llegar a conocer la verdad que es el Bien.
- La Alegoría de la Caverna (Libro VI): Platón (380 a.c) pidió que se representara una caverna donde había un grupo de personas prisioneras de nacimiento, estaban encadenadas de tal modo que solo podían mirar un muro frente a ellas, no sabían lo que había en verdad a sus espaldas, detrás de ellos había una hoguera (luz del fuego). La única referencia que tenían del mundo externo eran aquellas sombras que representaban y que de por si eran imperfectas. Estas sombras eran la realidad en que vivían; pero si se liberara a un prisionero, al voltear su mirada se daría cuenta de lo que había detrás de él todo este tiempo, vería primero la hoguera, luego la salida de la caverna y luego indirectamente el sol y por fin directamente vería el Sol. Se sentiría desorientado ya que se da cuenta que lo que él conocía como verdad, solo eran meras sombras. (p. 439, 514abc-515abcde).
Ahora, veremos que hay una serie de símbolos entre los elementos y los grados de conocimiento. Las imágenes de al fondo de la caverna, del mundo interior, son las sombras de los objetos artificiales relacionada con la imaginación, pasando a conocer los objetos artificiales gracias a la luz del fuego, todo ello como primer grado de conocimiento; luego llega al conocimiento de la creencia; cuando sale de la caverna pasa del mundo sensible, donde conoce las sombras de los objetos del mundo exterior y luego conoce a los objetos sensibles, al inteligible mediante el conocimiento racional guiada de la dialéctica llega así a la Idea del Bien, que se concibe como la Idea más perfecta de todas. (Ver figura 2)
Vemos que luego del ascenso del hombre de entre las sombras hacia la luz de la verdad, reflexiona y desea a dar a conocer a los demás aquel conocimiento que ha descubierto, ello lo veremos explicado en el siguiente pasaje: “Reflexionando sobre el Sol, llegara a la conclusión de que este produce las estaciones y los años, lo gobierna todo el mundo visible y que, de una manera u otra, es la causa de cuanto veía en la caverna con sus compañeros de cautiverio… Si recordara entonces su antigua morada, y pensara en sus compañeros de esclavitud…supongamos que este hombre desciende de nuevo a la caverna y va a sentarse en su antiguo lugar, su vista se halla todavía nublada, antes de que sus ojos se adapten a la oscuridad, tuviera que competir dando su opinión sobre aquellas sombras. Se expondría a que se rían de él, por haber subido a las alturas ha perdido la vista y que ni siquiera vale la pena intentar el ascenso. Y si alguien ensayara libertarlos y conducirlos a la región de la luz, y ellos pudieran apoderarse de él y matarlo” (p. 441, 516cde-517a)
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