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LECTURA CRÍTICA: LA REALIDAD DE LA VIDA HUMANA


Enviado por   •  5 de Abril de 2017  •  Ensayo  •  2.438 Palabras (10 Páginas)  •  400 Visitas

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UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM

ESCUELA DE FILOSOFÍA

Metodología de la Investigación Filosófica             - Dra. Sofía Tayka Morales Vera                                                                      

Presenta: Pedro Sánchez Acosta, SCM                                                    1°A

Tlalpan, D.F., 3 de Diciembre del 2013.

LECTURA CRÍTICA: LA REALIDAD DE LA VIDA HUMANA

Introducción

En el libro de Julián Marías, La realidad de la vida humana, el autor habla sobre la vida humana y la gran paradoja de no poder definirse del todo. Al tener un uso tan cotidiano del término (vida) se pierde su sentido, ya que se parte desde la misma y con esto se cierra la posibilidad de definir lo que es la vida humana. Por lo tanto, si partimos de la idea de vida y hablamos de ella desde otras lenguas pierde su verdadero sentido, si lo hacemos desde el contexto del español parecería lo mismo a lo antes dicho por la filosofía de Ortega  y así es imposible definirla. De este modo, el autor propone como tema principal el análisis de la vida humana desde una perspectiva que no ha sido abordada por  Ortega. No pretende olvidar lo visto por su maestro, sino retomarlo y darle un mayor énfasis al tema de la vida humana.

Para Julián Marías la concepción de la vida humana en occidente se había comenzado a deformar con el paso del tiempo, convirtiéndose así en una reducción hacia la cosificación que reducía todo nuestro ser y existir al modo de ser de las cosas. Después analiza las distintas expresiones filosóficas sobre persona (pour soi, Dasein, ser ahí, etc.) y reflexiona la limitación de los conceptos al definir de manera incompleta a la persona. Compara las definiciones que se han dado de vida y su insuficiencia al querer apuntar a una sola en particular y llegar a una abstracta, es decir, hay que ir a la cuestión personal de vida hablando de mi vida y no de la vida de un modo lejano y poco abarcable. El autor, al hablar    de la vida humana no quiere con esto definir al hombre, este es encontrado en la propia vida y forma parte de ella, es necesario apuntar al sentido biográfico de la vida como lo tomaba el autor Ortega, teniendo en cuenta que al decir biografía no hablamos de una trayectoria, sino de  muchas trayectorias que se van entrelazando para formar hechos que se pueden narrar de forma lineal y no por parte como si fuera sólo un listado de obras realizadas.

Posteriormente Marías nos habla de la realidad radical para Ortega, siendo esta “un gerundio de lo que está aconteciendo a mi alrededor” sin ser un hecho del pasado, presente o futuro, son acciones que se están viviendo, así mismo nos habla de la radicalidad que forma parte de nuestra vida radical, es decir, todos los hechos que se van entrelazando son radicados en mi vida. Para Ortega la circunstancia de del yo inmerso en esta realidad radicada es un verdadero drama y lo llama condición vectorial del yo particular, cuando yo analiza mi vida en gerundio, esta abarca la imaginación de recrear esta vida que se está viviendo y así se forma mi vida en cada instante.  Es así como se llega a una cosificación de querer ver mi vida como lo radicado sin llegar a lo radical, es decir, definiendo la vida a partir de los hechos de la misma y no como debe ser después de mucho tiempo al contemplarla con una narración biográfica y personal. Finalmente nos habla de la reflexión de los pensamientos que se han agotado al tratar de definir la vida y no han podido hallarlo, ya que lo buscan desde dentro y no desde fuera, esto ha causado una verdadera fatiga en el hombre porque difícilmente llegan a la vida radical y se quedan con lo radicado en ella.

En esta lectura crítica, me propongo analizar el pensamiento de Julián Marías sobre la corriente filosófica de occidente que con el paso del tiempo ha dejado de ver al hombre como un ser trascendente y lo ha rebajado al nivel de las cosas, es decir lo ha cosificado.

Mi crítica consistirá en mostrar una falta de profundidad cuando Julián Marías nos habla del hombre como cosa en la filosofía occidental.

En el texto, Julián Marías aborda el tema de la cosificación de la vida humana definiéndola como la reducción del modo de ser del hombre al modo de ser de las cosas, así mismo plantea que el nivel óptimo que debe alcanzar el hombre es el de mi vida radical y no radicada, es decir, ir más allá de lo que nos acontece dentro de la vida e ir a lo que está aconteciendo en mi vida. Por lo tanto, la cosificación para Marías se da cuando el hombre es incapaz de conocer la realidad de la vida en su forma radical y conformarse con lo radicado, reduciendo así la vida a una serie de eventos o procedimientos que al igual podría seguir una cosa.

En el “Diccionario Ferrater Mora” se habla de persona en relación a cosa y  la postura diferenciada entre unos y otros autores, para algunos esta contraposición entre cosa y persona es meramente mental y se les llama impersonalitas y consideran que la persona puede reducirse al nivel de la cosa. Otros consideran que la noción de cosa puede siempre reducirse a la de persona y se les llama personalistas. A los autores impersonalistas se les llama realistas y a los autores personalistas se les llama idealistas. Es posible que la postura realista nos hable del valor de la realidad de la persona y viceversa la postura idealista. Fichte toma la decisión de pronunciarse en favor del idealismo para salvar la libertad. Renouvier tomó la decisión en favor de la persona. El pensamiento griego clásico tendió hacia el predominio de la cosa es decir en pensamiento cosificante. El Cristianismo tuvo el papel de invertir las ideas clásicas sobre la relación entre alma y naturaleza, de este modo cambia el pensamiento a una idea más conjunta de hombre, es decir, el hombre se conforma de materia y espíritu y no de manera separada. Heidegger ha tratado también el problema de la cosa, hablando a lo que se refiere o lo que importa al hombre y lo que se presenta, es decir, la realidad auténtica que nos rodea y opera en el modo de cosificar (trazar el marco de las cosas que hacen que el mundo sea mundo). Kant nos habla de cosa en sí como lo que trasciende las posibilidades del conocimiento, es decir no puede ser conocida. Fichte rechaza por completo la postura Kantiana y nos habla de la cosa como capaz de ser conocida a través del intelecto. Schopenhauer identifica la cosa con la voluntad. Desde mi punto de vista el hombre se mueve en las dos realidades, en una realidad material y contingente que sería la cosificación y en una realidad humana o de persona que sería la postura personalista. Por lo tanto, al unir las dos posturas se da un mayor acercamiento a la realidad de la persona.  

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