La ideología de Heráclito

   HERÁCLITO

[pic 1] [pic 2]”Que todas las cosas se hacen por contrariedad y todas fluyen a manera de ríos. Que el universo es finito, que el mundo es único, es producido del fuego y arde de nuevo de tiempo en tiempo al eternamente todo éste evo".

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INTRODUCCIÓN

La filosofía la podríamos definir como la ciencia que estudia el pensamiento humano y busca justificar fenómenos que ocurren en el Universo. Para los antiguos griegos la filosofía es el “amor por la sabiduría”, esta surgió en el siglo VII a.C en Grecia y los temas que esta aborda siguen siendo trascendentales en la actualidad.

Uno de los métodos que se utiliza para comprender y analizar la filosofía, es desde un enfoque histórico, es decir, se estudia la filosofía a partir del desarrollo que ha tenido durante la historia, es por esto que desde esta perspectiva surgen los llamados periodos de la filosofía. Estos son: Período cosmológico, Período Antropológico, Período Teológico,         Período Moderno y finalmente Período de la filosofía contemporánea.

Cabe destacar que durante el desarrollo del informe, abordaremos principalmente el Periodo Cosmológico a partir de uno de sus mayores exponentes “Heráclito de Éfeso”.

El Período Cosmológico, también conocido como período Pre-Socrático (ya que corresponde a un pensamiento griego que es cronológicamente anterior a Sócrates), surge en el siglo VII a.C y corresponde al primer periodo de la filosofía. Nace a partir del cuestionamiento del orden de la naturaleza y su origen (cosmogonía), es decir, buscan la explicación del origen, esencia y composición del universo, de la naturaleza y de todos los seres existentes. Además de las causas, los cambios y regularidades que podemos observar en nuestro entorno. Por lo tanto los filósofos de este período fueron los primeros en estudiar la naturaleza a la cual ellos la denominaban como “physis”. Al observarla poco a poco se fueron dando cuenta de que en ella existía un orden temporal, a este fenómeno le acuñaron el término de “Cosmos”, que significa orden universal.

A partir de esto se formularon importantes teorías cosmológicas. Los principales autores de estas fueron: Thales de Mileto, Pitágoras, Anaxímenes, Zenón de Elea, Demócrito, Hipócrates de Cos, Parménides, Heráclito de Éfeso, entre otros.

Heráclito de Éfeso fue un filósofo que consideraba que el hombre era capaz de explicar todo lo que acontecía a su alrededor, es por esta razón que rechazaba todo lo relacionado con el pensamiento religioso y con aquellas “explicaciones” dadas por Dioses. Fue considerado como uno de los primeros físicos, por aportar en el estudio de la physis. Y basó su ideología en el cambio constante como el principio de la realidad, es decir, lo que es en este momento nunca más volverá a ser y lo que fue en su momento, nunca más lo será. Por lo que podemos decir que la realidad, según este filósofo, es cambio.

Por lo tanto el cambio es lo “normal” y el orden es quien provoca la necesidad del cambio.

Heráclito de Éfeso, utiliza al fuego como símbolo de la lucha entre los elementos, que representa metafóricamente la vida y la muerte. Este símbolo lo veremos con detalles más adelante.

La ideología de Heráclito la podemos resumir en lo siguiente:

“Todo fluye. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso no podemos descender dos veces al mismo río, pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos.”

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DESARROLLO

1. HERÁCLITO:

Heráclito de Éfeso fue un filósofo nacido hacia el año 535 a.C en Éfeso, ubicado en Jonia lo que actualmente se conoce como Turquía. Heráclito perteneció a una familia aristócrata. A Heráclito se le apodó “El oscuro señor de Éfeso”  debido a que fue un hombre muy solitario y también por la oscuridad y misantropía que reflejaba su filosofía. Tenía una muy mala imagen sobre el ser humano y se compadecía de los errores en los que viven gran parte de ellos. Este desprecio que sentía Heráclito se debe a que los habitantes de la ciudad habían desterrado a su amigo Hermodrus, hecho esto decía a gritos que todos los habitantes de Éfeso merecían la muerte.  Tanta pesadumbre tenía al considerar estas cosas, que casi siempre estaba llorando. El poeta italiano, Juvenal,  le pone en contraste con Demócrito, que siempre estaba riendo. El mismo poeta dice que la risa es un arma de que cada cual puede echar mano para corregir las locuras de los hombres, pero que no sabe cómo pueden caber en una cabeza humana las lágrimas que no cesaba de derramar Heráclito.

En la filosofía de Heráclito, él buscaba representar el Logos, que es un concepto un tanto ambiguo  lo que en este contexto adquirirá un significado relacionado con el Conocimiento. Buscaba representar el Logos a través del concepto de Arché; el Arché es un concepto filosófico usado en la Antigua Grecia que significaba el comienzo del universo o el primer elemento de todas las cosas, ejemplificando lo anterior: Tales de Mileto argumentaba que el arché era el agua. En el caso de Heráclito, utilizaba el fuego como arché debido a su naturaleza dinámica. Heráclito relacionaba el principio del fuego con el movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo, este filósofo afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante de las cosas. Heráclito toma al fuego como el origen de todas las cosas y que ésta sería la forma arquetípica de la materia cambiándolas. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios; la contradicción está en el origen de las cosas.

Heráclito afirmaba que: un hombre no puede bañarse dos veces en un mismo río. Este fragmento es un gran ejemplo acerca de la doctrina del filósofo en donde se interpreta de la siguiente manera: el río-que no deja de ser el mismo río- ha cambiado casi por completo al igual que la persona que se baña en él. Si bien una parte del río cambia y fluye, existe otra pequeña parte que permanece “permanente” para que sirva como guía para el movimiento del agua. Algunos autores suelen ver en el cauce del río, el Logos, esa medida universal que argumenta Heráclito dentro de su filosofía, en el agua del río ven el fuego (como arché de Heráclito. Si bien es un tanto contradictorio, se debe recordar que el filósofo sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad en armonía (pero no estática). Dicho esto, ahora se hace más razonable que la otra cara del agua sea el fuego.

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